Las imágenes corresponden a la muestra "Los rostros de la agricultura familiar", organizada por la Secretaría de Cultura de la UNNOBA junto con el colectivo Juana Azurduy.
El desarrollo tecnológico y el incremento de los costos operativos han reducido la rentabilidad de la agricultura familiar, definida como aquella en la que el productor explota una pequeña superficie y en la que su núcleo familiar realiza la mayor parte de las tareas de campo.
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La insuficiente escala de producción y el escaso capital han provocado la desaparición de un importante número de pequeños productores. Sin embargo, y a pesar del éxodo de muchos, según datos del ministerio de Agricultura de la Nación, el 65 por ciento de los productores del país responde a algún tipo de característica de agricultura familiar. Esta actividad genera el 27 por ciento del valor total de la producción agropecuaria y emplea al 53 por ciento de la mano de obra en el sector.
Por la importancia de esta actividad, la Universidad Nacional del Noroeste del provincia de Buenos Aires (UNNOBA) acreditó el Proyecto “Sustentabilidad de la Agricultura Familiar del noroeste de la provincia de Buenos Aires” en la convocatoria 2015 del Programa de Subsidios de Investigación Bianuales. “Este es un tema de mucha importancia no sólo por cuestiones territoriales, sino por el papel que le cabe a la agricultura familiar en materia de seguridad alimentaria”, indicó el ingeniero agrónomo Carlos Senigagliesi, director del proyecto por parte de UNNOBA.
“En el país ha habido una concentración de las explotaciones agropecuarias y los productores pequeños han tenido problemas de competitividad, muchos han desaparecido por no tener suficiente capital para adoptar nuevas tecnologías. Siguen siendo propietarios de sus tierras, pero dejan de producir”, describió Senigagliesi. Y puso el ejemplo de Pergamino: “De los 3.500 propietarios, hay 1.500 explotaciones agropecuarias, la mayoría en el estrato que va de las 25 a 50 hectáreas; es decir que hay 2.000 que han cedido la tierra para que la trabajen otros”.
En este contexto, los investigadores consideraron necesario promover estudios y valoraron la tarea que realizan las universidades de la región pampeana, nucleadas en el Foro de Agricultura Familiar. “Tenemos que estudiar la problemática de los agricultores de esta zona, establecer una tipología y definir estrategias para contribuir a la sustentabilidad del sector. Son productores que en algunos casos trabajan en cultivos extensivos como soja, trigo, maíz; otros hacen ganadería, lechería o trabajan con animales de granja, pero queremos saber cuáles son los sistemas de producción más frecuentes y qué problemas tienen”.
El ingeniero Carlos Calcaterra, director por parte del INTA, explicó: “Vamos a llegar directamente a los productores para entrevistarlos, queremos conocer aspectos sociales y organizacionales para saber qué problemas tienen particularmente y con esa información, avanzar en el diseño de políticas públicas”.
El profesional valoró la posibilidad de realizar un trabajo multidisciplinario a partir de la Unidad Integrada UNNOBA-INTA y comentó que a medida que se vayan teniendo datos preliminares se organizarán talleres con representantes de instituciones agropecuarias y productores para reflexionar y pensar posibles soluciones.
Un polo de referencia
El proyecto de investigación sobre Agricultura Familiar fue presentado en las ciudades de Pergamino y Junín con amplia participación de referentes del sector agropecuario. En esa oportunidad, la vicerrectora de la UNNOBA Danya Tavela planteó: “Es un desafío muy importante abordar este tema porque hay un desarrollo de la economía de menor escala en la región y la Universidad no puede estar ausente. Aspiramos a poder convertirnos en un polo de referencia en términos académicos, tecnológicos y de transferencia para fortalecer al sector y darle sustentabilidad”.
El equipo de trabajo interdisciplinario para el desarrollo del proyecto, que tiene un plazo de ejecución de dos años, está integrado por investigadores y docentes de la UNNOBA, el INTA, la Asociación Civil sin fines de lucro “Fortalecer la Innovación y el Desarrollo Rural” (Forinder), la secretaría para la Agricultura del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y los municipios de Junín y Pergamino.
Expectativas
Varios de los actores del sector productivo involucrados en este proyecto coincidieron en el deseo de que el trabajo permita reunir insumos para el diseño de políticas públicas que respondan a las necesidades de los agricultores familiares de la región.
Carolina Cifuentes, representante de la Cooperativa de Servicios y Agrícola de Conesa (Partido de San Nicolás), comentó que en esa localidad funciona una granja avícola que se maneja con un criterio de producción sustentable y consideró que la investigación abrirá la posibilidad de creación de nuevas unidades de negocio. “Creo que este proyecto fortalece la visión de conjunto. La gran tarea es agregar valor a la producción y dar trazabilidad a la producción agropecuaria”, opinó Cifuentes.
Lorena Gennero, integrante de la Comisión Nacional Interna de Agricultura Familiar en representación de la Federación Agraria Argentina, opinó que el proyecto “implica un avance importante para los agricultores familiares del noroeste bonaerense ya que la mirada estará puesta en sus particularidades”.
“Todos los productores que representa Federación Agraria son agricultores familiares y desde siempre bregamos por la construcción de políticas públicas para el sector. Fuimos los promotores del registro nacional de agricultura familiar y estamos trabajando en ámbitos internacionales y foros con este objetivo”, añadió.
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La dirigente de la entidad refirió que se hace necesaria la segmentación en materia impositiva y aclaró que “si bien ahora se hizo algo por decreto”, lo que se pretende es “una ley para que el agricultor familiar no sea rehén de ningún gobierno”. Asimismo manifestó su deseo de que el trabajo de investigación los acerque a la firma de acuerdos para “incluir la problemática de los agricultores familiares en la agenda”.