Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora estudió diferentes tipos de híbridos sileros de sorgo como fuente productora de bioetanol a partir de su biomasa azucarada y lignocelulósica.
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“El bioetanol es un combustible orgánico a partir de alcohol, hoy es relevante porque es necesario cortar la nafta común, al principio usamos sólo el 5%, pero a futuro se quiere al 10%”, explicó a Argentina Investiga el ingeniero agrónomo Marcelo Torrecillas, y agregó: “La caña de azúcar es el cultivo más empleado, sus sustratos son ricos en calorías y dejan bastante subproducto, aunque compiten de alguna manera con la producción azucarera, pero esto puede marcar los inicios para buscar otros elementos que funcionen de igual modo”.
El corte de combustibles fósiles con biocombustibles tiene el objetivo de minimizar la polución. “No hay gases invernadero ni residuos, se consume todo el producto y se deja sólo alcohol que no influye en la atmósfera, volviéndose algo cada vez más necesario en la grave problemática del calentamiento global”, sostuvo el investigador.
Además, el hallazgo de un tipo de sorgo apto para la producción de este combustible vegetal permite cubrir los requerimientos de energía en zonas poco pobladas. “Puede desarrollarse en zonas con climas o suelos que no permiten el crecimiento de la caña de azúcar, ya sea por tener suelos muy desfavorables o por ser anegadizas, como las provincias del norte argentino o la cuenca de la Pampa Húmeda o la cuenca del Salado”, detalló Torrecillas, y añadió: “Su rusticidad permite crear nichos con menores requerimientos nutritivos. Esta especie aguanta inundaciones tolerables, suelos altamente salinos, alcalinos o con contaminantes de diferentes tipos, lo que la torna una especie con ventajas adaptativas muy favorables”.
El sorgo es un grano similar al maíz, de origen africano, rústico y resistente. Éste se sintetiza tomando el sustrato que se obtiene al tener mucho tallo para que estos concentren más azúcar en ellos, se extrae el jugo, se fermenta con levaduras y se obtiene el bioetanol. “Esa es la manera más tradicional. El otro modo de obtenerlo es mediante el procesamiento de los sobrantes, es decir la fibra, hojas, restos de la caña o los sorgos, se estruja y se lo ataca con enzimas, lo que da el mismo resultado y aunque se requiere de más energía, se aprovechan residuos”, aclara Torrecillas.
Los híbridos denominados “sorgos dulces” presentan un tallo rico en azúcares, con propiedades similares a las de la caña. Sin embargo, la caña de azúcar presenta menor resistencia a períodos de sequía prolongados, menor velocidad de crecimiento, mayor consumo de agua y nutrientes para un mismo nivel de rendimiento y mayor demanda de mano de obra.
El ensayo realizado en el campo que la Facultad posee en la localidad de La Matanza, tuvo como objetivo estudiar el comportamiento del sorgo con aptitud silera, en cuanto a la producción de biomasa azucarada. Los híbridos sileros seleccionados fueron: SD, Híbrido dulce típico (baja proporción de grano); SIL, híbrido silero (Alta proporción de grano); FOTbmr, híbrido fotosensitivo bmr, y FOTMS, híbrido fotosensitivo médula seca.
“Se perforaron en el campo cinco plantas por parcela, en su sección media, y se recolectó en forma manual el jugo para formar una muestra compuesta. Luego se colocó una gota del jugo compuesto en un refractómetro manual y se llevó a cabo la medición de los grados Brix (°Brix)”, se indica en el trabajo realizado. Los resultados mostraron diferencias significativas en el patrón de concentración de azúcares solubles. El híbrido SD presentó elevados valores en el tallo, promediando los 16° Brix, lo que confirma su potencial utilización para la producción de bioetanol a partir de su biomasa azucarada.
Por su parte, el híbrido SIL, también se destacó promediando 14° Brix. Si bien no alcanza los valores de °Brix suficientes para categorizarlo como “sorgo dulce”, por ser un biotipo con alto contenido de granos, el contenido de azúcares logrado es destacable. Los dos restantes híbridos presentaron valores bastante más bajos, promediando los 8 a 9° Brix.
Los realizadores del trabajo destacan también que “retrasando el momento de corte se logró una mayor acumulación de azúcares solubles en el tallo”. “Se puede producir mucha biomasa con escaso consumo de nutrientes y poca influencia en el suelo, además podemos estimar que después de 20, 30 días de cultivo es el momento justo para cultivar ya que es el momento con más azúcar en planta, son más digeribles, con un costo menor”, destacó el investigador.
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En ese sentido, el cultivo de sorgo estaría en condiciones de ofrecer un nuevo destino productivo, en una zona exótica y a partir de otro sustrato, alternativo de la caña de azúcar.