Mapa del barrio "Pancho Ramírez", Paraná, Entre Ríos.
Realizado por un equipo de la Facultad de Trabajo Social, para el estudio se emplearon métodos cuantitativos y cualitativos tales como los censos de 1981 y 1991, que permiten conocer la cantidad de población e indicadores de pobreza y hacinamiento. Los investigadores que lo llevaron adelante también se valieron de documentos de la propia Facultad producidos por alumnos en sus prácticas. Además, se realizó un análisis de medios a partir de la observación de la categoría “inseguridad” y de la advertencia de que el término no existía en los medios impresos de los años ochenta, sino que aparece recién a partir del ‘93-‘94, sólo en la sección policial, como referencia al delito, a la violencia urbana. Esta categoría, en la actualidad está presente en todas las secciones del diario: política, economía, sociedad.
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Inseguridad social e inseguridad civil
Robert Castel, sociólogo francés, analiza la inseguridad social como el ascenso de las desprotecciones a partir de la caída de la sociedad salarial a mediados de los setenta. La caída del Estado de Bienestar comienza a erosionar el sistema de protección social, hasta ese momento construido sobre el eje del trabajo, y se origina entonces la inseguridad social. En forma paralela, se crean las condiciones que dan lugar al concepto de inseguridad civil, en términos del miedo de los ciudadanos a la pérdida de la propiedad privada y/o de la seguridad individual. Empieza a gestarse un corrimiento de la conflictividad social, centrada en el tema del trabajo hacia el tema de la inseguridad civil. Entonces, lo peligroso se deposita en un sector que no tiene acceso al trabajo, a las protecciones civiles y es configurado como peligroso, inseguro.
La investigación se desarrolló con estas categorías y herramientas y a partir del análisis comparativo de los siguientes ejes y su relación entre pasado y presente: la intervención social, cómo se desplegaron las distintas políticas sociales en los ochenta y cómo son ahora; la configuración del barrio como territorio, como zona desde lo urbano en los ochenta y en la actualidad; y la cuestión de la inseguridad/seguridad como construcción de sentido, tanto en términos de protección social como criminológicos.
Cómo se configura el barrio
El aporte de testimonios de los propios vecinos indica un reconocimiento colectivo de la fortaleza que tuvo la política de autoconstrucción de vivienda. En la década del ochenta, el barrio era humilde pero con cierta cohesión interna, fortalecida por los vínculos de trabajo en común. Luego, por el año 1989, se construyó el barrio de monoblocks: Paraná XVIII. “Esta edificación fue muy brusca por dos factores. Primero, por la parte arquitectónica: el inmenso paredón de los monoblocks limita el espacio. Por otra parte, se utilizó un espacio verde donde se realizaban actividades comunitarias, por ejemplo, se jugaba al fútbol los fines de semana y asistían todas las familias a ver los partidos. A esta pérdida de ese lugar físico y el aumento de densidad del barrio, se sumó el acceso de los jóvenes a la droga y la pérdida de trabajo de muchos vecinos, a partir del cierre de tres fábricas de la zona”, explica a Argentina Investiga la licenciada Petrucci, directora de la investigación.
Varios hechos durante 20 años determinaron que el barrio perdiera los vínculos que existían. En la actualidad, se observa una dinámica diferente. Hay una regulación social interna, donde interviene el referente político, promoviendo el acceso a recursos para la población del barrio. Además, intervienen otros actores que comercializan drogas y mantienen un cierto orden del barrio; existe una tensa calma generada por estas nuevas formas de regulación social.
Las implicancias de las políticas sociales
Petrucci sostiene que el aporte de la investigación consiste en señalar las implicancias de las políticas sociales, como en este caso la ejecución de los planes de viviendas. Programas sociales focalizados favorecen que la intervención pueda generar problemas como la fragmentación y segregación social.
La socióloga argentina Maristella Svampa habla de cómo esta emergencia de ganadores y perdedores, a raíz del neoliberalismo y del cambio cultural, y de el ser integrados a través del consumo, generan este tipo de fragmentación y los barrios que son catalogados como peligrosos tienen que ver con eso, con una nueva forma de vivir la ciudad. Antes se vivía en lo que se denomina ciudad abierta, donde había lugar para el intercambio entre clases. Ahora no, hay un intento de separación, en el cual me tengo que diferenciar de aquel otro, del peligroso. Más aun a partir del surgimiento de los barrios privados como contracara de los barrios peligrosos, se refuerza la idea en torno a la relación entre segregación espacial y desigualdades sociales.
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Las políticas públicas deben diseñarse teniendo en cuenta todos estos factores ambientales y sociales. Entonces, una ciudad debería ser planificada para una convivencia de sus ciudadanos, para que todos tengan la posibilidad del acceso al disfrute de todos los derechos del espacio público.
Equipo de investigación Facultad de Trabajo Social (UNER).