El trabajo se focaliza en distintas escuelas rurales de la provincia de San Luis donde acuden niños y adolescentes con distintas problemáticas socioambientales. Presentado por primera vez en la convocatoria de Voluntariado Universitario en 2006, del proyecto participan alrededor de 12 docentes entre los que se cuenta a profesionales médicos, bioquímicos y farmacéuticos y ya se han sumado más de 250 estudiantes de cuarto y quinto año de la carrera de Farmacia.
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“Trabajamos en varias escuelas de San Francisco del Monte de Oro (a 115 km de la ciudad capital de San Luis), en escuelas de Santa Rosa del Conlara, específicamente en Bajo de Veliz (a unos 180 km de la capital puntana) y en la actualidad en Las Lagunitas (límite con la provincia de Mendoza). Las escuelas son de personal único y presentan muchas dificultades en cuanto a atención sanitaria, debido a las grandes distancias que las separan de un centro de salud”, afirmó a Argentina Investiga la doctora Laura Favier, directora del proyecto.
El proyecto incorporó a médicos, bioquímicos y farmacéuticos, cada uno con una tarea específica. El médico diagnostica y realiza una evaluación general de la población, el bioquímico hace la toma de las muestras y efectúa los análisis clínicos y el farmacéutico, junto con el alumnado voluntario, elabora las formulaciones farmacéuticas que se requieran.
“Pudimos detectar Mal de Chagas fundamentalmente en la zona de Las Lagunitas (La Calera), pero no en las otras localidades. También, se pudo diagnosticar hidatidosis a través de una ecografía para cuya ocasión se llevó un ecógrafo portátil”, explica Favier y agrega que esta enfermedad se contrae por las actividades vinculadas a la vida en el ámbito rural y a la falta de higiene por la escasez de agua. Cabe destacar que el Mal de Chagas es una enfermedad parasitaria, generalmente crónica, causada por el protozoo Tripanosoma cruzi que anida en la vinchuca; la hidatosis es otra enfermedad parasitaria causada por los llamados gusanos planos que son ingeridos a menudo en alimentos contaminados.
El grupo de voluntarios ha identificado otras afecciones a nivel cutáneo provocadas por falta de higiene y el difícil acceso al agua potable. El número de alumnos que presentan estas afecciones en la piel es alto. Si bien son escuelas que tienen de 10 a 15 estudiantes, el rol que estas instituciones tienen en las poblaciones de la zona, es primordial. “Con la ayuda del docente convocamos a las familias de los niños y a los pobladores de la zona, de modo que pudimos atender a niños en edades preescolares y a ancianos, hicimos un gran relevamiento de parasitosis, enfermedades cutáneas, hipertensión y se dieron talleres de profilaxis para las enfermedades desatendidas u olvidadas, de salud e higiene bucal, pediculosis, etc.”.
El equipo realiza una tarea donde prima el compromiso social con las poblaciones más desatendidas, en consonancia con los objetivos que propone el voluntariado universitario. “Los estudiantes no sólo aprenden y toman contacto con la realidad de lo que estudian, sino que además, pueden devolver a la sociedad algo de lo que ella invirtió en su formación”, señaló Favier y agregó que para poder llevar adelante esta tarea, el docente rural cumple un rol fundamental ya que es quien convoca a las familias de los niños y a los pobladores de la zona para que se informen y puedan ser relevados por el equipo.
“La ejecución del proyecto es de 12 meses y estamos en la última etapa de la convocatoria 2011. La experiencia ha sido muy enriquecedora y seguiremos participando”, concluyó la doctora.
Palabras de una maestra
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“Hoy es un gran día, para mí y fundamentalmente para mis chicos, porque aunque esté nublado para nosotros ha salido el sol. Este día, marca un antes y un después ya que han venido hasta nosotros a compartir un día como cualquiera, se han sentado a nuestra mesa y nos han llenado de amor y cariño. Esto hace que las distancias se acorten, que sintamos que nos tienen presentes, que tenemos los derechos de cualquier otra escuela. En agradecimiento a vuestra visita, hemos preparado esta lámina con recuerdos de las cosas que tenemos y son propias del lugar como peperina, piedras de la zona y los nombres de cada alumno”.
Alumnos y docentes de escuela rural