En 2002 el equipo de investigación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de La Universidad Nacional, liderado por el doctor en Educación Pedro Willging, comenzó con la fase de exploración y experimentación de distintos sistemas de gestión de aprendizaje (SGA) para el dictado y manejo de clases por internet. Luego de testear varios, se seleccionó la plataforma Moodle para la puesta en marcha y desarrollo de cursos. El criterio para su selección se basó, entre otros, en que es una plataforma de código abierto. Se trata de un software gratuito, que se puede copiar, distribuir, estudiar, cambiar, mejorar y ejecutar libremente. Además, “es muy rápido en su ejecución y no tiene muchas exigencias técnicas en cuanto a equipamiento”, indicó a Argentina Investiga Willging.
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En los tres años que duró el período de pruebas, los investigadores lograron establecer las condiciones de infraestructura y recursos humanos para el dictado de los cursos a partir del uso de internet como principal medio de interacción. A su vez, adaptaron la plataforma al agregarle una variedad de funcionalidades adicionales destinadas a multiplicar la disponibilidad de recursos para la creación de los materiales educativos, o facilitar la compatibilidad con otros formatos (por ejemplo, módulos para escritura matemática o presentadores de imágenes). A partir de 2005, se oficializó su uso. Hoy, todas las áreas académicas de la Facultad tienen cursos en línea, y la mayoría de los docentes los aplican como complemento de sus clases presenciales, de manera que se potencie el proceso pedagógico.
Herramienta aceptada por docentes
El desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) simplificó no sólo el avance y el mejoramiento de este tipo de software, sino también su uso. Se logró desarrollar interfaces que le permiten al docente, con conocimientos básicos para operar un navegador y un correo electrónico, utilizar esta plataforma. “Antes, había que ser un experto informático para manejarse en un ambiente virtual. Ahora está más facilitado, es más amigable. De hecho, Moodle está planeado para hacer fácil la creación y administración del curso por un docente sin grandes conocimientos de informática”, señala Willging.
Una encuesta realizada entre los profesores que tomaron cursos de capacitación para aprender a desarrollar una clase en línea, reveló que Moodle es una herramienta pedagógica útil. Les permite planificar y organizar actividades curriculares y disponer de un canal efectivo de comunicación con sus estudiantes. La encuesta también demostró que la plataforma virtual se adapta muy bien a actividades grupales y colaborativas, y favorece la participación activa de los alumnos y el monitoreo de sus trabajos. Además, es flexible y se adapta a los diferentes estilos de enseñanza y a la variedad de experiencias de aprendizaje y talentos que poseen los estudiantes.
Entre los recursos más usados por los profesores para crear sus actividades en este ambiente virtual, se encuentran los documentos de texto (Word, Pdf), imágenes, foros, chats, cuestionarios, links a páginas webs, wikis, glosarios, entre otros. En los cursos que se realizaron aplicando la plataforma se experimentó con elementos multimediales (video y audio). También se emplearon filtros para el lenguaje matemático en aquellos vinculados a esa área de conocimiento, e incluso para ingresantes a la Facultad.
El 90 por ciento de los encuestados aseguró que podría usar en el futuro este sistema para desarrollar sus cursos. “De hecho -continúa Willging-, esto sigue creciendo; hay cada vez más profesores que lo usan. Ellos se dan cuenta de que es una herramienta que les aporta porque los alumnos tienen allí el material disponible, y eliminan el problema de la fotocopia. Además, los foros facilitan la comunicación cuando son cursos numerosos”. Incluso, son los propios alumnos (los nativos digitales) quienes solicitan este tipo de metodología. “Para ellos es bastante natural navegar por la plataforma y utilizarla. Una vez que se acostumbran a ella, les resulta muy cómodo y práctico tener el material disponible allí”, concluye el especialista.
Nuevos desafíos
Los resultados del trabajo sentaron las bases para la continuidad de la experimentación con la enseñanza en ambientes virtuales, la identificación de sus características y particularidades. Una línea de trabajo adicional que surgió fue la de investigar redes alternativas de configuración de computadoras. Una red de cliente delgado fue implementada en la Facultad con el reciclado de computadoras de bajo rendimiento para testear el funcionamiento del SGA en una red de esas características. Varias computadoras en desuso fueron conectadas a un servidor central para que los estudiantes de informática realizaran sus prácticas. Además, la misma tarea se realizó en escuelas de nivel medio de bajos recursos. Se utilizó software libre (Linux) para garantizar la gratuidad de su uso.
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En la actualidad, otra línea de investigación se enfoca en la funcionalidad, posibilidades pedagógicas, compatibilidad y flexibilidad de los Objetos de Aprendizaje (OA) en los SGA. “Estos materiales educativos digitales se relacionan con los repositorios digitales, que son lugres donde los materiales se colocan para que los estudiantes tengan acceso a ellos”, explica Willging. También se trabaja el análisis de software educativo, básicamente de código abierto, para introducirlo en los cursos virtuales o para generar cursos de capacitación dirigidos a docentes, como una opción pedagógica a implementar en el aula. Además, se ha iniciado la exploración en torno de la programación de robots (juegos educativos) y ambientes 3 dimensiones (3D). El objetivo es conocer en profundidad las ventajas, los desafíos y potencialidades que provoca la incorporación de ambientes virtuales inmersivos en 3D en la práctica docente.