Analizar las situaciones festivas, en aspectos como la organización, el tiempo de duración, la cantidad de integrantes, las condiciones materiales en las que los sujetos entran, permanecen y salen en las fiestas, en la ciudad de Villa María es el objetivo de un grupo de investigadores. El proyecto indaga en los gastos festivos que realizan las personas como un modo de soportar los mecanismos de regulación de la sociedad.
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La codirectora del proyecto, Graciela Magallanes, explicó a InfoUniversidades que el interés de los investigadores reside en los procesos de negociación que suceden en la situación festiva, para observar “en qué medida es útil el gasto festivo y analizar la relación del tiempo de la celebración con las condiciones materiales de existencia de los sujetos, es decir, con su historia, con su biografía”.
El abordaje comprende la entrevista a personas a partir de un muestreo selectivo de acuerdo a los sectores sociales altos, medios y bajos en Villa María. Se realizaron 50 entrevistas diferenciadas por edades: menos de 30 años, menos de 50 años y más de 50 años, sobre tres grandes bloques: el sentido de la fiesta, el sentido en la biografía personal y el sentido que tiene el gasto.
“Hicimos que elijan fotos significativas de alguna fiesta personal y trabajamos en entrevistas individuales sobre qué representaba para ellos esa fiesta en relación con lo que aparecía en la foto y en el sentido social, histórico, biográfico; lo que significaba para la persona, su generación y las generaciones anteriores. Por otro lado, tomamos una fiesta social colectiva, la del Día del Trabajador, y observamos, fotografiamos y entrevistamos a los asistentes. Se trataba de una fiesta organizada en forma conjunta por distintas agrupaciones y pudimos observar características absolutamente distintas” afirma Magallanes.
El proyecto permite anticipar el carácter diferenciador que tiene la condición social de las personas en la organización y realización de las fiestas. “Las primeras pistas que tenemos -precisó la investigadora- indican que en los sectores bajos la escasez de recursos materiales y económicos hace que se potencie el sentido de lo colectivo para la construcción de la fiesta, mientras que en el sector medio o medio alto, el proceso de la fiesta está mercantilizado: se contratan empresas que adornan el lugar, hacen las fotos y la filmación”.
El proyecto es la continuación de un trabajo realizado por el mismo equipo de investigación sobre mecanismos de soportabilidad social y dispositivos de regulación de las sensaciones. Magallanes señala que trabajaban “en situaciones de protesta de movimientos sociales en acciones colectivas, y focalizan en las prácticas intersticiales y gastos festivos, indagando en los intersticios, los hiatus que hay en esos mecanismos de regulación de las sensaciones y los dispositivos, porque hay prácticas que van por fuera, que conviven y hacen que el sujeto tenga vitalidad”.
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“Veíamos que los sujetos, a pesar de que había mecanismos regulatorios de la sociedad, se daban oportunidad de otros disfrutes. El gran interrogante era: ¿cómo podríamos ir encontrando otros disfrutes? Una forma de empezar a mirarlos era ver situaciones de fiesta como oportunidad de indagar esas prácticas; ése constituía un intersticio donde se rompen, en algunas oportunidades, los mecanismos regulatorios”, concluyó la investigadora.