Los ingenieros Carlos Ramón Juárez y Rubén Ángel Fernández, de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnologías de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, integran un equipo de trabajo en el marco de un proyecto llamado “Impacto de sistema fotovoltaicos conectados a red en ambientes urbanos”. “Este tipo de proyectos busca alternativas para la problemática medioambiental en la cual el Calentamiento global es su tema central. Este fenómeno surge como consecuencia de la producción de energía mediante la quema de combustibles fósiles con la consecuente producción de los gases de Efecto invernadero. La intención es reducirlos, de ahí surge la necesidad de desarrollar el estudio de energías renovables”, expresa el ingeniero Fernández.
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“Una de las maneras de reducir este efecto -explica- es producir energía eléctrica con energías renovables, en este caso, se produce a partir de la energía del sol, a través de generadores fotovoltaicos. Los generadores fotovoltaicos son celdas solares que, con la acción del sol, producen una corriente que puede ser preparada en forma conveniente para ser enviada a la red de distribución de energía eléctrica y provista al consumidor”.
La tecnología fotovoltaica nació para aplicaciones aeroespaciales. Luego, con el tiempo, se fueron haciendo aplicaciones terrestres. Históricamente, la aplicación de los sistemas fotovoltaicos fue hecha en ámbitos rurales donde no existían redes eléctricas. En lugares donde el acceso a otras fuentes de energía podía resultar dificultoso o económicamente inviable. Los sistemas de este tipo se denominan autónomos.
En la actualidad el precio de los módulos fotovoltaicos ha disminuido, lo cual permite ampliar la gama de aplicaciones de su uso en la superficie terrestre. Tal es el caso de los sistemas fotovoltaicos conectados a una red de distribución.
Respecto del trabajo que se está llevando a cabo, le ingeniero Juárez indicó a Argentina Investiga que “en la sede Parque Industrial de la facultad se están finalizando los trabajos estructurales y de instalación eléctrica. La energía eléctrica generada se envía a un dispositivo que se denomina 'inversor para conexión a red' que se encarga de convertir la corriente continua en corriente alterna del voltaje necesario (220V). Este mismo dispositivo ajusta la fase de su salida de alterna con la fase de la red antes de aportar a la misma”.
“El objetivo a futuro es hacer extensivo el estudio al usuario permanente de la red eléctrica, al vecino del barrio que pueda en su casa producir energía y lo que no consume, inyectarlo a la red. Estas experiencias que nosotros vamos a hacer en conjunto con otras instalaciones en el país nos permitirían aportar ideas, probablemente protocolos, que contribuyan hacia una legislación que sea clara y precisa de cómo debe hacerse cada uno de los pasos para poder producir energía a partir de una instalación fotovoltaica domiciliaria e inyectarla a la red”, concluyó el ingeniero Fernández.
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El proyecto en desarrollo en el Parque industrial pertenece al FONARSEC – FITS y participan consorcios público-privados. En el proyecto de referencia el consorcio se denomina IRESUD, y está integrado por un conjunto de universidades nacionales del Norte Grande coordinadas por el Grupo de Energías Renovables de la Universidad Nacional del Nordeste GER_UNNE, instituciones como la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica - departamento de Energía Solar), la Universidad Nacional del San Martín (UNSAM) y empresas privadas tales como Aldar SA, Edenor SA, Eurotec SRL, Q-Max SRL y Tyco SA. El proyecto contó con el aporte de fondos de la Agencia Nacional para la Promoción Científica y Tecnológica, del sistema de Ciencia y Técnica de la UNSE, del gobierno de la provincia de Santiago del Estero y de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnologías.