El doctor Merino, docente en enfermedades infecciosas, investigador categorizado y jefe del servicio de Medicina Tropical del Instituto de Medicina Regional de la UNNE, profundizó acerca de cómo tratar y diagnosticar la gripe porcina. Aseguró que existe una droga antiviral que bloquea el crecimiento del virus, acortar la duración de los síntomas y minimizar la gravedad del cuadro. Se trata de oseltamivir, comercialmente conocido como “Tamiflú ”. “Esta droga se recomienda para tratar la gripe porcina en niños mayores de un año y adultos en las primeras 36 horas de detectados los síntomas, ya que actúa inhibiendo un componente de los virus que son las neuraminidasas”, detalló. Las neuraminidasas son parte de las moléculas que conforman este virus y muchos otros.

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“La droga bloquea el crecimiento, la reproducción y nocividad del virus como su capacidad de liberación de las células infectadas. Se dosifica de acuerdo al peso corporal. En general, el tratamiento consiste en una dosis de 75 mg cada 12 horas durante 5 días. Su eficacia es también conocida por acortar la duración de los síntomas y minimizar la gravedad del cuadro”, comentó Merino a InfoUniversidades. La efectividad de este antiviral aumenta cuanto antes se inicie el tratamiento y puede utilizarse preventivamente ante exposiciones con personas que han contraído el virus. El medicamento debe ser administrado siempre bajo prescripción médica. Sobre la confirmación diagnóstica de los casos, Merino aclaró: “Se lleva a cabo mediante un hisopado nasal y faríngeo”.

Cómo prevenir la gripe porcina

Merino explicó que la declaración de una alerta sanitaria de nivel 5 por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) “indica una pandemia inminente” y “exige inmediatez para finalizar la organización, comunicación e implementación de las medidas”. Por este motivo, detalló qué recaudos pueden tomarse individualmente para prevenir la enfermedad. Éstos consisten en alejarse físicamente de personas con afecciones respiratorias, no compartir vaso, cubiertos ni alimentos. Ventilar y permitir la entrada del sol a casas y oficinas, mantener limpias las mesadas de la cocina y baño y los objetos de uso común. Abrigarse y evitar los cambios bruscos de temperatura también ayuda, de la misma manera que lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón. El uso del barbijo lo recomendó para cuando una persona presenta cuadros compatibles o está en contacto con afectados. En caso de presentar un cuadro de fiebre alta de manera repentina, o presentar tos, dolor de cabeza, dolor muscular y de articulaciones, recurrir inmediatamente al médico o a un centro de salud.

La información “vuela”

Alberto Palladino, médico epidemiólogo, recibe los partes de la OMS a través de los que puede conocer a ciencia cierta cuántas personas tienen la enfermedad y en qué lugares del mundo. El doctor fue notificado de más de 1.600 casos probables en México, con 103 muertos. Hay en estudio, además, casos en España, Francia, Israel y Australia; 20 casos confirmados en Estados Unidos y 4 en Canadá.

“La información vuela”, aseguró Palladino, quien destacó ciertos puntos de la enfermedad. “La gripe porcina en realidad se trata de una variante nueva del virus de la influenza no descripta hasta ahora, por lo que la vacuna antigripal prevista para la estación invernal entrante podría no prevenirla”, dijo y subrayó: “El contagio es interhumano y no del cerdo al hombre. Tampoco se contagia ingiriendo su carne si está lo suficientemente cocida. El sistema sanitario nacional está atento para alertar sobre la aparición de casos probables en el país”.

La mutación del virus

Roberto Jacobo, profesor doctor en Ciencias Veterinarias, se refirió al origen de la gripe porcina. Aseguró que surge de una mutación del virus sucedida en una mujer en la ciudad de Oaxaca, México. “La mutación se da cuando un animal o una persona se infecta simultáneamente con dos subtipos diferentes de un mismo virus, intercambiando entre ellos material genético, lo que deriva en un nuevo subtipo virulento para el receptor del virus y con capacidad para transmitirse entre miembros de la misma especie, en este caso, entre las personas”, detalló Jacobo.

En el caso del cerdo, los subtipos reconocidos como causantes de la infección en esta especie son el H1N1, H1N2 y H3N2. Jacobo alertó que en la Argentina se han realizado relevamientos serológicos, es decir exámenes de sangre para determinar infecciones, en cerdos con el objeto de identificar los subtipos circulantes, determinándose que H1N1 y H3N2 son los más frecuentes. Y también señaló que el cerdo es el animal que cuenta con receptores para los virus de las aves y del hombre, motivo por el que es la especie que reúne las condiciones para que se produzcan infecciones combinadas y eventuales mutaciones o intercambio de material genético entre las células. “Si se da en los cerdos, puede saltar desde allí a otra especie y provocar cuadros gripales de distinta gravedad”, resaltó.

“La actual situación es similar al alerta sanitario que se presentó anteriormente con la gripe aviar, ya que en esa oportunidad el riesgo era que un subtipo virulento del virus aviar pase al hombre y mute, transformándose en una cepa de alta virulencia para las personas, situación que hasta ahora no se dio pero sí se produjo en la actual emergencia sanitaria con un virus del cerdo que pasó y mutó en el humano”, recordó Jacobo que finalmente alertó sobre algunos factores de riesgo: “Los abundantes y rápidos medios de transportes, a través de los que el virus se puede diseminar con rapidez, conllevan a que los organismos oficiales que entienden en la salud pública y en salud animal, deban actuar con celeridad y eficiencia para poder controlar la dispersión del virus o evitar el ingreso en el mejor de los casos”.

Niveles de alerta de la Organización Mundial de la Salud.

En la Fase 1 de los Niveles de Alerta de Enfermedades Transmisibles de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no existe demostración de virus que circulen de forma enzoótica, es decir, entre animales y que hayan infectado al hombre.

En la Fase 2 esto ya sucede y se considera la existencia de potencial riesgo de pandemia.

En la Fase 3, un virus animal o con características genéticas animales y humanas (como en la influenza porcina) ha causado pocos casos o casos esporádicos, pero sin suficiente transmisión entre personas como para dar lugar a brotes poblacionales o provocar indefectiblemente una pandemia.

En la Fase 4 se constata que un virus animal o humano se ha transmitido entre personas con capacidad de provocar brotes localizados, lo que ya entraña riesgo de pandemia. Esta fase obliga a evaluar junto a la OMS la situación y decidir la implementación de mecanismos de contención temprana de la pandemia aunque ésta no llegue a producirse.

En la Fase 5 el virus se ha diseminado a dos países o más en la misma región, lo que indica una pandemia inminente y exige inmediatez para finalizar la organización, comunicación e implementación de medidas.

La Fase 6, la pandemia indica que ha habido brotes en al menos otro país en otra región y señala la proximidad de una pandemia global.

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