La espacialidad en la música representa una variable compositiva que cuenta con una larga historia. Aunque las técnicas compositivas referidas al manejo estructurado del espacio sonoro data de varios siglos de desarrollo, la
utilización sistemática de las dimensiones espaciales en la música se inicia a principios del siglo XX, donde varios compositores han utilizado el espacio sonoro como un factor estructural clave de su discurso musical. Obras como Universe Symphony (1911-51) de Charles Ives, Déserts (1954) y Poème électronique (1958) de Edgard Varese, Gruppen (1955-57) de Karlhein Stockhausen y Persephassa (1956-66) de Iannis Xenakis utilizan la concepción del espacio como una dimensión independiente y estructural, la cual se encuentra interrelacionada con el timbre, la dinámica, la duración y la altura. En particular, es importante destacar que en varias de las obras mencionadas no sólo se consagra identidad al espacio sonoro como una nueva dimensión musical, sino que también se generan teorías detrás de la espacialización del sonido basadas, entre otros, en principios físicos, poéticos, pictóricos y de percepción auditiva.
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Focalizando nuestro interés en éste último campo, podemos advertir que los compositores han elaborado teorías compositivas basadas en artículos de divulgación de diversas ramas científicas provenientes de la psicología y la física, en especial la psicofísica y la psicoacústica. Estos campos científicos estudian principalmente la relación entre la magnitud de los estímulos sonoros y la manera en que son percibidos por un oyente. Un ejemplo de lo antedicho puede verse reflejado en la investigación sobre las técnicas de espacialización del sonido mediante parlantes. Las mismas se han desarrollado, en gran parte, basándose en principios y modelos psicoacústicos para desarrollar hardware o software de espacialización multicanal. También se han realizado tesis y artículos de investigación que abordan con gran precisión cuales son los indicios necesarios para generar una imagen acústica de una fuente virtual y de qué manera deben ser emulados, ya sea mediante un circuito electrónico o un algoritmo computacional.
Sin embargo, no podemos afirmar que las técnicas musicales referidas a la distancia en el espacio sonoro hayan podido valerse de los estudios realizados por las ciencias perceptivas de una manera global ya que, como veremos luego, en muchos casos son tenidos en cuenta solo algunos de los indicios involucrados en la percepción auditiva de distancia, dejando de lado otros que son necesarios para obtener una imagen acústica convincente.