Porque reduce los niveles de glucosa y de lípidos plasmáticos en pacientes que padecen diabetes mellitus, la Opuntia, una especie de cactus muy común en amplias regiones de la Argentina, es una de las fuentes vegetales más prometedoras para el tratamiento de la diabetes, según investigadores del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca, que analizaron sus efectos.
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La diabetes afecta en el mundo a 189 millones de personas. Las estadísticas en Argentina muestran que cerca del 7% de la población la padece, aunque la prevalencia se eleva a un 20% en mayores de 60 años, sin distinción de sexo. Pero sólo el 50% de los afectados sabe que tiene diabetes, lo que la convierte en un serio problema de salud pública.
Un tesoro bajo las espinas
“El objetivo general de esta línea de investigación es examinar los efectos de la Opuntia sp. sobre el metabolismo de lípidos de ratas diabéticas, con el fin de precisar cuales son los mecanismos biomoleculares involucrados. Detectamos que baja la glucemia y el colesterol, entre otros aspectos”, indicó a InfoUniversidades Valeria Gili, licenciada en Ciencias Biológicas. Y afirmó que las plantas del género Opuntia (de la familia Cactaceae), conocidas vulgarmente como tunas, son frecuentes en nuestro medio y la región porque se adaptan a climas áridos y semiáridos. Además, la investigadora destacó su uso medicinal, que ha llevado a un grupo de expertos españoles a llamarla “un tesoro bajo las espinas”.
La desertificación global y la declinación de las fuentes de agua determinaron que la Opuntia haya adquirido cada vez más importancia como sistema de producción de alimentos efectivos, incluyendo tanto las partes vegetativas como las frutales. “Se usa en cosmética, en medicina alternativa, como forrajera, en la construcción. Sus pencas se consumen y con los estudios determinamos que no tiene efectos tóxicos. Además, es utilizada para el tratamiento de la arterioesclerosis y se encontraron efectos antioxidantes, antiinflamatorios, analgésicos y antiulcerosos, entre otros”, señaló Gili.
La utilización de productos botánicos en la alimentación para la prevención y tratamiento de diversas patologías se ha difundido ampliamente en los últimos tiempos y, en el caso del control de la diabetes mellitus, se utilizan casi 800 plantas, aunque sólo unas pocas han sido científicamente analizadas. La investigadora explicó que “trabajamos con partes de la planta deshidratada e hicimos los ensayos con ratas diabéticas que fueron muy positivos”.
Una enfermedad extendida
En Argentina hay más de 2,5 millones de personas diabéticas, de las cuales el 90% padece diabetes tipo II y el otro 10% es insulinodependiente. La diabetes mellitus es una de las patologías con mayor impacto en la sociedad mundial. Consiste en un desorden metabólico, caracterizado por una desregulación del metabolismo de hidratos de carbono, lípidos y proteínas, que no sólo conduce a un incremento crónico de la glucemia y de los lípidos séricos sino que también causa varias complicaciones como hiperinsulinemia, hipertensión, arterioesclerosis y enfermedades cardiovasculares.
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Según las proyecciones, a menos que se introduzcan nuevas terapias y acciones preventivas, el número de diabéticos en América Latina podría trepar a 40 millones de afectados en 2025. “La farmacopea tradicional (los remedios de la abuela) y los sistemas de sanación de los pueblos aborígenes son una tendencia creciente. En la actualidad, cerca del 80% de la población mundial cubre sus necesidades de atención primaria de la salud principalmente con las plantas medicinales”, cerró Gili.
La licenciada Valeria Gili, trabajando con una opuntia.