Las investigadoras junto al rector de la UNR, Darío Maiorana.
Móniza Baez, Verónica Biglione, Gabriela Dotto y Sandra Bellini son las investigadoras distinguidas con el programa de apoyo a la investigación en educación de jóvenes y adultos del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL) que, desde febrero de 2009, funciona en el Círculo Social Cultural y Deportivo de Sordos de Rosario, institución con la que desde hace años trabajan en distintas actividades conjuntas.
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A partir del estudio sobre los procesos de aprendizaje de sordos, las investigadoras advirtieron que muchos de ellos quedan excluidos del sistema educativo formal y no saben qué rumbo tomar después, porque no tienen herramientas suficientes de conocimiento para insertarse productivamente. “Eso nos incentivó a diseñar un proyecto que presentamos en Rosario, para trabajar en forma de talleres, con el español como segunda lengua para promover la alfabetización”, explicó a InfoUniversidades Mónica Báez, directora del proyecto.
“Una vez que presentamos el proyecto a la convocatoria del CREFAL -prosiguió la investigadora-, para sorpresa nuestra, les pareció bueno, y fuimos premiadas con fondos que nos permitieron desarrollar una experiencia en el Círculo de Sordos para fortalecernos institucionalmente a la vez que sostener un proceso de trabajo de investigación-acción con los sordos durante los años 2007 y 2008. El informe final lo entregamos en diciembre del 2008”.
Psicolingüística y estrategias de alfabetización
El proyecto se estructura a partir de dos ejes. Por un lado, es una investigación psicolingüística que busca interpretar procesos de la población sorda frente a problemas de textualización escrita. Y, por otro, es una contribución hacia la validación de ciertas estrategias de trabajo para mejorar la calidad de alfabetización.
Por ello, Baez, lingüista, apunta que la investigación “avanza en encontrar respuestas a interrogantes que los docentes se plantean cuando tienen un sordo en el aula y, por otro lado, responde a una demanda urgente de esta población, porque los niveles de iletrismo de español escrito les generan obstáculos para acceder al conocimiento”. Por su parte, Dotto, fonoaudióloga, considera que en muchas escuelas la integración de los que poseen algún tipo de capacidad diferente es ficticia, ya que “lo único que hacen es hacer pasar a los chicos de año en año, pero sin que se pueda lograr la apropiación de conocimientos”. Y agregó: “Son un número más en una escuela, y por esto el sistema no los puede contener, se convierten en repitentes y terminan en un EEMPA”.
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En este sentido, las investigadoras estiman que si bien existe hoy una celebración de la diversidad en términos discursivos, no hay una comprensión de la diversidad como ventaja pedagógica, y no hay docentes preparados para interpretar y capitalizar esta diferencia en beneficio de aprendizajes cooperativos y solidarios.