En el libro “Tecnología, comunicación y ciudadanía. Usos políticos de internet y las TIC en la Argentina reciente (1997-2009)”, el docente de la licenciatura en Comunicación social, Luis Sandoval, analiza el uso social de las tecnologías de la información y la comunicación como espacio de lucha política. Las TIC son estimadas desde una perspectiva que no se limita al mero instrumentalismo, sino que el foco de interés se relaciona con la manera en que distintos actores sociales (el Estado y las agencias gubernamentales, las organizaciones de la sociedad civil y los movimientos político-sociales contestatarios del orden hegemónico actual) las utilizan y resemantizan, es decir, las resimbolizan.
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Si bien establecer un enunciado que hable de la importancia de internet y de las tecnologías de la información y la comunicación en las sociedades actuales, según indica el autor a Argentina Investiga, “corre el riesgo, a estas alturas, de volverse una obviedad”, relató que, en este caso, “se enmarca en las últimas dos décadas, donde la aceleración de los procesos de convergencia digital -materializada en gran medida por internet- ha modificado profundamente nuestras sociedades de una manera que aún no comprendemos en forma cabal”.
Dado que las TIC son impulsadas decididamente como una herramienta político-administrativa, lo que ha dado en llamarse gobierno electrónico o e-goverment (e-gov), en el marco del cada vez más difundido proyecto de la Sociedad de la información, por un lado, y dada también la amplitud del campo definido, la publicación se concentra en la visión y experiencias de las organizaciones de la sociedad civil con actuación en el ámbito SIC/egov (Sociedad de la Información y el Conocimiento).
El autor presenta un conjunto de documentos que delimitaron el campo internacional de comprensión de la actual transformación del capitalismo transnacional, vinculada a la digitalización de los procesos económicos y sociales. Desde ese marco internacional (o más precisamente, multilateral), el encauzamiento, desarrollo y utilización de las tecnologías de la información y la comunicación es un terreno que, cada vez más, viene siendo objeto de políticas públicas específicas a nivel de los Estados nacionales, tanto las que hacen hincapié en el rol de las TIC para el desarrollo local, como aquellas que propenden a la democratización del acceso al conocimiento, entendiéndolo como un derecho de cuarta generación.
Justamente, las políticas del Estado nacional sobre la Sociedad de la información y el gobierno electrónico, en Argentina y en el período que va de 1997 a 2009 constituyen el eje del segundo capítulo de este libro. En el capítulo tres, el mapa trazado por los pronunciamientos internacionales y las políticas gubernamentales se contrasta con la evaluación y las opiniones de las organizaciones de la sociedad civil que, en Argentina, asumen como eje de trabajo el desarrollo social de las TIC.
Además, se encuentran las voces de otros actores y movimientos que impugnan este proyecto por considerarlo ariete de la globalización capitalista pero que, al mismo tiempo, generan nuevos usos de las TIC y encuentran en ellas nuevas posibilidades, no siempre funcionales a los intereses del orden hegemónico.
Esta problemática, que hunde sus raíces en la tradición de la comunicación popular y alternativa latinoamericana es el tema del capítulo final, a partir de un análisis de un conjunto de sitios web contrainformativos.
“El tiempo es veloz”
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El autor relató que el libro “tiene sus raíces en una investigación cuyo planteo inicial fue realizado en 2006 y, desde entonces, muchas cosas han cambiado”. A modo de ejemplo, Luis Sandoval argumentó: “Baste con dar tres datos: en ese año Facebook habilitó su uso más allá de los límites de las universidades norteamericanas, también en 2006 se creó Twitter y también, en enero de ese año, Nicholas Negroponte anunció en el Foro de Davos la ‘computadora de 100 dólares’, creando, sin querer, el nicho de las netbooks. Recién casi dos años después existirían modelos concretos de netbooks educativas”. Y como cierre de su reflexión, dijo: “El tiempo es veloz”, parafraseando una vieja canción de David Lebón.