José Mescua es uno de los autores de ¡Está temblando! Origen, efectos y consecuencias de los sismos, publicado por Ediunc (la editorial de la Universidad Nacional de Cuyo). El grupo de investigación que integra indaga en las fallas geológicas de Mendoza. El estudio de la ubicación y la caracterización de las fallas es fundamental para decidir el ordenamiento territorial y las reglamentaciones de construcción en una de las zonas con mayor peligrosidad sísmica del país.
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-¿Cuál es la importancia de estudiar las fallas?
-Un conocimiento más detallado sobre cómo son, dónde están y cómo fue su comportamiento en el pasado no nos va a permitir predecir cuándo va a suceder un sismo, ni cómo se van a comportar en el futuro, ya que son un sistema muy complejo y que varía en el tiempo. Pero sí es importante que todas las actividades, como el ordenamiento territorial y las normas de construcción sismorresistentes, tengan en cuenta ese conocimiento. Por ejemplo, las normas sismorresistentes vigentes se actualizaron en 2013 y, después, cada municipio debía adherir a esas leyes. Pero esta reglamentación no contempla, por ejemplo, factores que tengan en cuenta la proximidad a las fallas.
-¿Y por qué se debería tener en cuenta esta situación?
-Porque en Mendoza estamos instalados arriba de una zona llena de fallas y el mayor daño se produce en la zona cercana a la falla. Además, hay que considerar la deformación del terreno cuando se levanta un bloque respecto del otro… Ningún edificio que esté construido arriba soporta eso, por más sismorresistente que sea.
-¿Cómo se vincula esta información con el ordenamiento territorial?
-Toda esa información debe ser tenida en cuenta para la planificación urbana, para saber dónde se pueden hacer qué actividades. En el caso de que se produzca un evento es importante, por ejemplo, que edificios esenciales como hospitales o escuelas, que pueden servir de refugios, estén instalados en lugares lo menos peligrosos posible para que estén activos. Es importante empezar a tenerlo en cuenta porque, si no, los costos van a ser altísimos cuando ocurra un terremoto.
-En el campo académico, ¿falta investigación?
-Hay que afinar los estudios. Tenemos trabajos de reconocimiento y sabemos dónde se encuentran varias de las fallas, sobre todo en las áreas alrededor de la ciudad. Dentro de la zona urbana hay una idea aproximada, no sabemos exactamente dónde, y la ciudad ya está construida arriba. Pero la verdad es que somos un grupo chico de gente que trabaja en esos temas y avanzamos como podemos cuando conseguimos recursos. Falta mucho por hacer.
-En el libro mencionan que los mendocinos, a pesar de saber que viven en una región con elevado riesgo sísmico, se sienten seguros…
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-La gente sabe que está en un lugar sísmico, con un peligro elevado. Incluso maneja palabras técnicas; ha escuchado hablar de fallas, pero cuando pasa un tiempo de los temblores se olvida del tema. Por eso nos parecía importante aprovechar este espacio que genera la Ediunc para dar información técnica de manera sencilla y ponerla al alcance de todos.