Finalizar los estudios secundarios determina un cambio en la etapa de la vida en la que deben tomarse decisiones vinculadas a la construcción de un proyecto de vida. Es el momento de contestar las preguntas que vienen escuchando desde el jardín de infantes: ¿qué querés ser cuando seas grande? ¿Vas a estudiar o a trabajar?
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Gloria Diana Rossi Arrechea es psicóloga, docente e investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario, miembro del Consejo de Investigaciones de la UNR e integrante del Equipo de Orientación Profesional del Instituto Politécnico Superior General “San Martín”.
Desarrolla un proyecto de investigación que se organizó en base a los interrogantes: ¿de qué manera la posición de los referentes adultos facilita u obstaculiza la tramitación de los trabajos simbólicos en la/os adolescentes en relación a las elecciones académicas-laborales?, y ¿cuáles son las estrategias de intervención adecuadas de las que disponemos para abordar estas problemáticas en el campo de la Orientación Vocacional?
“Los objetivos de la investigación son indagar el modo en cómo se tramitan las elecciones académicas, en el plano de la producción de subjetividad en los adolescentes, la escucha de los ideales y mandatos de los discursos adultos como referentes de las proyecciones y anticipaciones subjetivas en la construcción de un proyecto identificatorio”, explica la especialista a Argentina Investiga.
Para la docente, el egreso de la escuela media viene acompañado de un profundo reordenamiento identitario subjetivo de los adolescentes y, paradojalmente, es en el momento que deben realizar el trabajo de definir su futuro proyecto de vida, proceso en el que se ponen en juego los aspectos subjetivos como los mandatos familiares y sociales.
“En las entrevistas individuales con los jóvenes se evidencia que los discursos parentales actúan como referentes, pudiendo algunos adolescentes analizar las complejidades en juego, mientras que otros no pueden sustraerse a ellos, quedando en una posición de identificación de ese discurso familiar desde el cual han sido marcados, significados y estructurados en su condición subjetiva singular”, analiza Rossi.
La docente señala que en las últimas décadas se ha producido un extraordinario cambio de carácter antropológico que implica, entre otros aspectos, “el pasaje de una cultura posfigurativa, que se caracteriza porque los procesos de transmisión cultural y de saberes los detentaban los adultos, a una cultura prefigurativa. Esta se caracteriza por los procesos de transmisión donde el conocimiento es más fácilmente adquirido por las generaciones jóvenes, y lo que podría pensarse es la formación de una cultura cofigurativa, donde el conocimiento se construye entre todos”.
“Este contexto difícil y con pocas certidumbres es también la oportunidad de pensar nuevas respuestas, más creativas, en torno al proyecto de vida”, sostiene la especialista, quien considera que, en general, las nuevas generaciones pueden estar más capacitadas para concebir nuevas alternativas que los mayores, que son más estructurados y se formaron con otras ideas de cómo funciona el mundo.
La investigadora señala que, generalmente, las madres y los padres están interesados porque sus hijos puedan estudiar o trabajar en algo “que les pueda garantizar la subsistencia y el desarrollo personal”, pero en las condiciones actuales se dificulta ofrecer certezas de cuál es ese “algo” que les garantice un bienestar futuro.
Esta situación es producto de las transformaciones que vienen produciéndose en el mundo del trabajo con el quiebre de lo que se llama ‘la sociedad salarial’; ya no existen las mismas garantías del pasado sobre la continuidad y el desarrollo en un mismo empleo o profesión y el nivel de vida que esto garantizaba.
Cuando de elegir se trata
“En las entrevistas y los talleres de orientación vocacional, los adolescentes llegan con posiciones diferentes y con interrogantes diversos; ansiedad, dudas, fantasías, inseguridades, temores, ilusiones. Los jóvenes expresan distintas preocupaciones en torno a la decisión que se aproxima, miedo a elegir mal, a desilusionar a sus padres, temor a perder tiempo, a equivocarse, a no poder elegir, a no poseer las condiciones para esa actividad profesional, entre otras. Por otra parte, hay quienes todavía no han podido decidir sobre una carrera de grado universitario o terciario y aparece la pregunta por el posgrado, mientras que otros preguntan por la posibilidad de migrar a otros países, cuál profesión tiene más salida laboral o permite ganar más dinero”, explica Rossi.
La investigadora sostiene que es muy importante que las y los estudiantes conozcan la oferta académica existente, tomando en cuenta los distintos aspectos de su elección, dónde se cursa, si están dispuestos a migrar, si es pública o privada, cuál es la demanda horaria, la cantidad de tiempo que lleva lograr un título, la necesidad de ciertos conocimientos técnicos, y tantos otros factores que puedan condicionar las posibilidades de cursar de manera más o menos exitosa.
Y, por otro lado, cree que también se le debe ofrecer a las y los jóvenes un conocimiento más amplio sobre las áreas y el campo laboral que tenga cada profesión, razón por la cual “es esencial que los adolescentes tomen contacto con las llamadas fuentes vivas de la información, es decir, que puedan conocer las experiencias de profesionales que se desenvuelven en el campo profesional del interés del consultante”.
Otro aspecto que surge del trabajo con estudiantes es que en varios casos la elección de la carrera puede efectivizarse a posteriori de algunos ritos institucionales, como puede ser el viaje de egresados o las instancias de orientación, que de alguna manera les otorgan recursos para poder tomar una decisión.
“Este año, debido a la emergencia sanitaria del COVID-19, los estudiantes que terminan el nivel medio no han podido tramitar a través de los rituales habituales, los cuales poseen un alto valor simbólico. El cierre de este momento de la vida significa una mayor carga de incertidumbre en relación a cómo se va a presentar su desarrollo académico el próximo año y cómo se van a plantear el mundo futuro”, explica Rossi.
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El proyecto que desarrolla Rossi se titula “Orientación Vocacional. Vicisitudes del pasaje de la cultura postfigurativa a la cultura prefigurativa. Sus efectos en la producción de subjetividades adolescentes. Su incidencia en los proyectos identificatorios y las estrategias de los adolescentes en relación a sus elecciones académicas”. Está dirigido por Lic. Cristina Wheeler y se encuentra radicado en la Secretaría de Ciencia y Tecnología y en el Consejo de Investigaciones de la UNR.