Un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) implementó un relevamiento de información sobre el desarrollo de trabajos de animación y observó “la existencia de una tendencia a la atomización en el trabajo independiente, que estaría muy presente en el interior del país”. Sin embargo, entre otros aspectos, destacaron que “existe un reconocimiento de parte de los animadores de que el camino a seguir para profundizar la industria de la animación en la región es la coproducción entre productoras de los países vecinos”.
> Leer también: Las nuevas formas de comunicación en el centro del debate.
Los resultados parciales fueron presentados en las Jornadas de Investigación de la UNVM y dieron cuenta de que la animación en Latinoamérica tiene sus orígenes a comienzos del siglo XX, pero llegó a visibilizarse recientemente por su presencia en grandes festivales internacionales y sus nominaciones en categorías de cortometrajes y largometrajes.
El trabajo destacó la importancia de “la formación de redes para la capacitación y formación de profesionales, tanto a través del intercambio de conocimientos entre las productoras y artistas como en la generación de convenios con instituciones de formación técnica y académica”, así como también conformar un sistema de producción para “fortalecer los lazos comerciales, dar respuesta a los tiempos y a las demandas de calidad de los clientes, y enriquecer estética y narrativamente los proyectos”.
Para los investigadores y las investigadoras, las preocupaciones están relacionadas con “la necesidad de observar las estrategias de exhibición y difusión de la animación de la región y la identificación de diversos posicionamientos en relación a las potencialidades expresivas y al carácter artístico de una animación anclada territorialmente”.
Asimismo, detallaron que desde 2005 existe un crecimiento exponencial de la animación en América Latina “permitiendo una alta competitividad en el mercado mundial, donde la demanda es cada vez mayor”. Esto dio lugar a que, en los últimos diez años, los estudios de animación se desarrollaron como grandes emprendimientos.
“Se asume que los derroteros de los productos animados en el espacio-pantalla de festivales y muestras se inscriben en el marco del fenómeno de reconocimiento de la producción artística-cultural”, detallaron.
“Más allá de reconocer que, indudablemente, los festivales y los premios de animación internacionales son un componente esencial para la visibilización de la animación y los realizadores, otro fenómeno que propició la difusión y el auge de la animación en la región ha sido Internet”, puntualizaron. En este aspecto, resaltaron plataformas como Youtube, Vimeo y Netflix, que “ofician de nuevas ventanas, habitualmente de acceso gratuito y masivo”. También observaron al espacio de la web como “una manera de intercambiar información con fluidez y eficacia”.
Este proyecto tiene como objetivo fomentar la sustentabilidad de las micro y pequeñas productoras de bienes culturales de animación del interior del país y se inscribe en un análisis de las “imágenes y pantallas en la ficción televisual argentina”. Es dirigido por Cristina Siragusa, y el equipo está integrado por Alejandro González, Paula Asís, Lila Pagola, Carolina Segré, María Eugenia Fiorenza y Lucrecia Rasetto.
> Leer también: Enseñar y aprender en el mundo digital.
Cabe destacar que algunos integrantes del equipo fueron invitados a participar en el diseño y desarrollo del proyecto “Entrenamiento GAVi (Gestión de Animación y Videojuegos)” que fue seleccionado en la convocatoria “Universidad, Cultura y Sociedad” de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación.