La región chaqueña genera un tipo de suelo muy particular, que está en equilibrio con la naturaleza y no tiene balances negativos de nutrientes, ni déficit de materia orgánica. Los investigadores evaluaron la posibilidad de que el extremado uso del suelo para aprovechamiento forestal o agrícola podía llegar a provocar que el nivel de materia orgánica de los suelos se mineralice rápidamente, debido a la extrema radiación y a las escasas precipitaciones, produciendo, como consecuencia, la muerte de los suelos.
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Por ello, se realizaron análisis físicos, químicos y biológicos, como indicadores para determinar si se produce la pérdida de calidad, y para llegar a saber si los suelos se degradan, se mantienen estables, o si aumentan su calidad. Otro de los objetivos del proyecto fue construir índices para cuantificar los procesos de deterioro.
También se tuvo en cuenta el manejo inadecuado de bosques y sabanas para fines ganaderos y forestales, que promueven el desarrollo de arbustales o 'fachinales', una comunidad vegetal arbustiva espinosa y arbórea que reduce en gran medida la oferta y la accesibilidad del forraje para la ganadería regional, a la vez que impiden el tránsito humano y de hacienda.
Se llevó a cabo un control y tratamiento del fachinal llamado "rolado". Éste consiste en el pasaje de un cilindro de metal cargado con agua y traccionado por tractor o topadora, que aplasta el fachinal, dejando en pie los árboles leñosos de mayor diámetro de manera que permite un mayor ingreso de luz y agua, generando aumentos en la biomasa y, por ende, una mayor oferta de forraje.
Se evaluaron, también, los comportamientos de algunos indicadores de calidad de suelo, como la densidad aparente que es indicadora del grado de compactación y el carbono orgánico total (señala el contenido de materia orgánica). Se le otorgó especial atención al carbono, ya que éste compone el 50% de los suelos y a la actividad deshidrogenasa, es decir, la responsable de oxidar la materia orgánica del suelo. Se trabajó con otro grupo de enzimas, las denominadas ureásicas, encargadas de mineralizar el nitrógeno, que es fundamental como nutriente.
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El estudio se realizó en el Campo Experimental "La María", perteneciente a la EEA INTA Santiago del Estero y se logró aportar información científica a los organismos públicos y privados acerca de cuál es el mejor manejo de estos ambientes naturales que habilitan para actividades agropecuarias. “Es así que se demostró -después de varios años de trabajo- que si utilizamos un sistema de desmonte selectivo mediante rolado, de baja intensidad, logramos un sistema conservador del suelo para la recuperación de ecosistemas degradados de la región chaqueña y que no atenta sobre su sustentabilidad en el mediano plazo”, afirmaron los investigadores del proyecto, cuya directora es la Ingeniera Agrónoma Ada Albanesi a InfoUniversidades.