Investigadores de la Universidad y el Conicet analizan la función de ciertos lípidos en los aparatos reproductores de toros y carneros. Los estudios podrían tener una posible aplicación en el futuro para solucionar problemas de reproducción animal, y también alcanzar un potencial interés comercial, habida cuenta de la importancia económica de bovinos y ovinos. Además, las derivaciones de las investigaciones podrían destinarse a la resolución de la infertilidad en el hombre.
> Leer también: Hacia una “nutrición óptima”.
Los lípidos son moléculas que tienen ácidos grasos, y se encuentran en las membranas de las células de todo el cuerpo. Los de las células germinales (que son las células testiculares precursoras de los espermatozoides) son atípicos porque tienen ácidos grasos inusuales en su longitud. Esos lípidos se encuentran en alta concentración en células germinales de toros y carneros, y también se hallaron en animales de laboratorio.
Según explicó a Argentina Investiga la doctora Marta Aveldaño, esos lípidos inusuales tienen la particularidad de poseer el mismo tipo de ácidos grasos que tienen los lípidos de las membranas fotorreceptoras de la retina. “Hay investigaciones de otros autores que demostraron que, en ciertas enfermedades que llevan a la ceguera en el hombre, estos lípidos no pueden sintetizarse”.
“En el sistema reproductor masculino, la deficiencia de este tipo de lípidos por defectos en su biosíntesis -es decir, las reacciones de síntesis de ácidos grasos- se asocia con infertilidad. Lo contrario también es cierto, pues animales que son estériles porque carecen de células germinales también carecen de este tipo de lípidos”, destacó e indicó que “los resultados de la investigación en toros y carneros podrían tener una posible aplicación en el futuro para solucionar problemas de reproducción animal y, además, un potencial interés comercial. Los resultados de investigaciones en estos mamíferos y en animales de laboratorio podrían tener aplicación en problemas de fertilidad-infertilidad en el hombre”.
Aveldaño aclaró que para estudiar estos lípidos se requiere, primero, aislarlos y separarlos de otros lípidos de las células, y que luego los ácidos grasos de esos lípidos se separan entre sí y se cuantifican por una técnica denominada “cromatografía”.
> Leer también: Recomiendan comer surubí manchado.
Estos procedimientos se realizan en uno de los laboratorios del Instituto Nacional de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (INIBIBB), dependiente de la Universidad y el Conicet. Del trabajo participan también los doctores Natalia Furland, Ana Vallés y Gerardo Oresti, y los bioquímicos Daniel Peñalva, Matías Villacorta y Jessica Luquez.