Desarrollar un sistema silvopastoril que mejore la calidad de la madera y de la cría vacuna en la zona del Delta del Paraná es el objetivo de un proyecto de investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias. El silvopastoril es un sistema agropecuario que posee un componente forestal en conjunto con uno animal. La parte forestal puede ser formada por especies nativas del lugar o especies cultivadas para obtener madera, mientras que el componente animal está integrado, principalmente, por diferentes especies de ganado.
> Leer también: Será regulado el uso de la Bahía de San Julián.
“Por lo general, en el Delta la forestación se hace en macizo, es decir, en un área de tres metros por tres, lo cual trae aparejada la desaparición de la flora y la fauna en la superficie. Es un monocultivo degradante para el ecosistema, donde se pierde la flora nativa y la fauna no puede ingresar, aunque es muy necesaria la producción de madera. La creación de un sistema para el Delta apunta a generar una relación más armoniosa con el ambiente natural”, explica a Argentina Investiga el ingeniero Carlos Rossi, director de la investigación.
La zona del Delta del Paraná está localizada entre las provincias de Entre Ríos y Buenos Aires, y fue elegida para el proyecto por ser una región especialmente anegadiza a causa del río que crece a diferentes niveles a lo largo del año y con islas que tienen forma cóncava, lo que hace que el centro sea la parte más inundable.
El trabajo consistió en cambiar el paradigma de forestación del lugar. “Al plantar con una mayor distancia, la luz llega al suelo y permite el desarrollo de pastizales, por lo cual se puede poner una vaca productora de terneros cada dos hectáreas. El objetivo es la producción de terneros; cada 100 vacas se obtienen 80 terneros criados en pastizales que aportan al bienestar animal”, detalla Rossi. A través de este cambio se genera un doble beneficio: se mejora la calidad de las maderas y se optimiza la ganadería del lugar.
Es así que se cultivan árboles de la especie de las salicaceas, en especial álamos y sauces, y desde hace algunos años comenzó a introducirse la producción ganadera. “El proyecto permite desarrollar maneras más eficientes y limpias de producción maderera, es decir que madera de poco valor puede transformarse en muebles con mucho valor agregado”, sostiene el investigador y agrega: “Así se aumenta el valor del producto que tiene, además, un plus de valor social porque genera empleo”.
El desarrollo de pastizales y las hojas de álamos y sauces resulta un muy buen alimento para las especies vacunas de las islas. El sistema propone un nuevo tipo de alimento que combina el pasto que vuelve a crecer en el suelo del Delta con el forraje que los árboles pierden. Esta mezcla permite obtener animales aptos para la exportación, con una baja carga de parásitos.
> Leer también: Parque Tornquist: amenazado por la naturaleza del hombre.
El proyecto se llevó a cabo mediante la colaboración entre la Facultad y el INTA, teniendo como base proyectos similares realizados en la zona de Oceanía.