La técnica de propagación in vitro o micropropagación empezó a difundirse con mayor intensidad en los últimos años, aunque requiere ser adaptada a cada especie a la que pretende aplicarse. Mediante este método se obtendrían embriones a través de células somáticas de plantas, que son las que forman los tejidos y los órganos de las plantas y que se originan a partir de la célula madre, o sea de forma asexual.

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En el caso del té, los investigadores del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE), de de la UNNE y de la EEA INTA Cerro Azul, consideraron la posibilidad de revertir mediante la embriogénesis somática las dificultades que se presentan en los métodos tradicionales de cultivo. Por un lado, las plantas de té son originadas de semillas de reproducción sexual y, por otro, las variedades cultivadas son, en su mayoría, heterocigotos, es decir que proceden de la unión de células sexuales con diferentes dotaciones genéticas.

Que las plantas se generen de semillas y sean heterocigotos conduce a que las nuevas plantas difieran en sus características genéticas respecto de la planta madre. Con el fin de superar estas limitaciones para la explotación comercial del té, los profesionales decidieron trabajar en la embriogénesis somática a partir de cotiledones de té, que forman parte del embrión y es donde se almacena la reserva alimenticia de la semilla. En esta línea evaluaron el efecto de doce concentraciones diferentes de auxinas y citocininas, sustancias químicas para lograr la obtención de embriones somáticos in vitro a partir de la extracción de cotiledones de las semillas de té.

También realizaron el análisis de la aplicación de las sustancias químicas a los 3 días de la cosecha de los cotiledones y el segundo experimento a los 45 días. De los doce medios o concentraciones químicas utilizadas para la inducción a la micropropagación, dos lograron muy buenos resultados en la formación de embriones somáticos.

Respecto al tiempo de almacenamiento, los cotiledones cultivados in vitro 3 días después de ser extraídos de las semillas mostraron una mejor respuesta que los almacenados durante 45 días en la producción de callos y embriones. En tanto que la proporción de cotiledones infectados fue mayor en aquellos que habían sido almacenados en heladera por más días. “Los resultados sobre tiempo de almacenamiento y dosis de sustancias químicas a incorporar a los cotiledones nos permiten aventurar que estamos cerca de ajustar la técnica para lograr una elevada tasa de embriones somáticos, a partir de los que lograríamos plantas enteras de té”, señaló a InfoUniversidades la ingeniera agrónoma María Laura Pérez, autora del trabajo junto a la doctora Ernestina Galdeano y el ingeniero agrónomo Luís Mroginski.

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La micropropagación puede ser un método efectivo para introducir clones selectos de té en un tiempo corto y que permita satisfacer las demandas de uniformidad en las características de las plantas de los productores de té. Los investigadores prosiguen con los estudios científicos a fin de hallar el medio que permita lograr una mejor micropropagación de los embriones, y proseguir con otras etapas previstas en el proyecto.