Foto: Pablo Carrera Oser.
La Escherichia coli, productor de toxina Shiga (STEC) es el agente causal del Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), enfermedad que constituye la primera causa de insuficiencia renal aguda. Es capaz de producir la muerte en la edad pediátrica y, además, es responsable del 20% de los transplantes renales en niños y adolescentes.
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Con 500 casos diagnosticados por año y una estimación real del triple, Argentina es el país de mayor incidencia en el mundo de SUH. Por ello, prevenirlo, diagnosticarlo e investigarlo es la triple tarea que se propone un equipo del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad que, junto a colegas de otras universidades nacionales, desarrolla una campaña en jardines maternales y de infantes de la provincia de Buenos Aires, para informar a los docentes y obtener muestras que puedan ayudar a la detección de las principales fuentes de contagio.
A partir de una iniciativa surgida en el Consejo Interuniversitario Nacional hacia fines de 2011 y que logró el financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, el bioquímico e investigador del Instituto de Investigaciones (IBB), Andrés Ciocchini, está a cargo de este proyecto en el que participan Gabriel Briones (también investigador del laboratorio de Microbiología de la Universidad), Cristina Ibarra (UBA), Marina Palermo (Academia Nacional de Medicina), Leticia Bentancor y Jorge Trelles (UNQ), Mariana Ugarte (UNL) y la Asociación LuSUH.
En noviembre de 2012 comenzó la campaña en escuelas del sur del conurbano bonaerense y luego se sumaron los distintos distritos a los que pertenecen las universidades participantes del proyecto: San Martín, Lanús y la Ciudad de Buenos Aires. En cada visita se dan charlas de capacitación acerca de cómo prevenir la enfermedad y también se recolectan muestras de sangre, agua y alimentos, explicó Ciocchini a Argentina Investiga. Una vez completa esta etapa, se realizarán las pruebas diagnósticas. Según estimó, los resultados estarán para mediados de 2013.
Trabajo en las escuelas
Las charlas dirigidas al personal de los establecimientos educativos abordan la enfermedad y las formas de prevención con la entrega de una caja didáctica para que luego, además de aplicarlo en el trabajo cotidiano, pueda transmitirse la información a los chicos.
Por otro lado, en cada visita se toman muestras de agua y alimentos y también, de manera voluntaria, de sangre y saliva de los adultos en contacto con los alumnos. “Esto sirve para el objetivo de investigación del proyecto, que es determinar los lugares en los que se encuentra la bacteria -si en las personas, los alimentos, el agua, etc.- para luego pensar las maneras de combatirla. Porque uno de los problemas es que todavía no se sabe cuáles son exactamente las principales fuentes de contagio”, remarca Ciocchini.
En esta tarea, el equipo de la Universidad de San Martín tiene una participación especial: las muestras de saliva y sangre se analizarán con uno de los sistemas de diagnóstico de SUH desarrollados en el laboratorio de Microbiología del IIB. “El objetivo es ver si este sistema sirve para detectar portadores de la bacteria en la población sana y determinar dónde está la STEC. Porque, muchas veces, detectamos el caso pero no sabemos cuál es la fuente de transmisión. Con esto podremos saber si está, por ejemplo, en las manos del personal, en el agua o en los alimentos”, agrega el investigador.
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Además, el proyecto está en relación con otros dos que se desarrollan en el IIB en asociación con otras instituciones públicas y empresas privadas: el primero dedicado al desarrollo de técnicas diagnósticas rápidas y confirmatorias para STEC en muestras humanas y alimentos y el proyecto NANOPOC, una plataforma de diagnóstico portátil para detectar mal de Chagas, brucelosis y SUH en minutos. Uno de los sueños del Dr. Rodolfo Ugalde, fundador del IIB fallecido hace tres años.