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Expertos y profesionales de la UNLP y de la Facultad Regional La Plata de la Universidad Tecnológica Nacional presentaron el informe final del trabajo a los intendentes de la Región Capital. El estudio demandó casi un año de evaluaciones y análisis de la problemática ambiental de la región, para aportar una solución integral al tratamiento y disposición de los residuos domiciliarios de la zona.
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Las universidades platenses fueron convocadas por los intendentes del Consorcio Región Capital, integrado por los municipios de La Plata, Ensenada, Brandsen, Berisso y Punta Indio, para definir el sistema tecnológico y los lugares potencialmente aptos para su ubicación, con lo que se reemplazará el relleno sanitario de la Ceamse de Punta Lara, donde las comunas depositan sus desechos domiciliarios. En la elaboración del informe participaron especialistas de las facultades de Arquitectura, Ciencias Exactas, Ciencias Económicas, Agronomía, Ciencias Naturales, Veterinaria, Medicina, Ingeniería, Trabajo Social y Periodismo.
Entre los puntos relevantes de la exposición se contó la situación crítica en la que se encuentra el manejo de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU). El “modelo tradicional” del Ceamse está en crisis por falta de espacio físico y opinión pública desfavorable. El nuevo marco normativo habilita la posibilidad de implementar una gestión integral de los RSU, por lo que se hace necesario desarrollar un modelo alternativo. Así se plantea una oportunidad para asumir la responsabilidad de gestionar los RSU.
La situación de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) en la Región Capital está en una encrucijada: produce 750 toneladas por día de RSU; un 90% de ellos se genera en el área central (La Plata, Berisso y Ensenada) y en su mayoría se disponen en el relleno de Ensenada (en proceso de cierre). El costo de disposición final para los 4 municipios asciende a $ 15 millones anuales, de los que pagan sólo el 20%, dado que el sistema está subsidiado. El costo de llevar los RSU a Norte III -el único relleno disponible- sería de $ 30 millones anuales (flete). La recuperación de RSU puede generar $ 29 millones anuales.
Uno de los resultados del estudio propició la elaboración de una propuesta estratégica para la Gestión Integral de los RSU de la Región Capital (GIRSU-RC). El Plan consta de 3 componentes básicos: técnico/económico; institucional/social; y territorial. “Los RSU de la Región Capital son gestionados por sus municipios en forma integral dentro de la región, con una activa participación de la comunidad, y el apoyo del gobierno provincial y nacional, con inclusión social formalizada de los operadores en todas y cada una de las fases del ciclo de gestión de residuos. La propuesta implica la utilización de estrategias y tecnologías efectivas que internalicen los costos ambientales y sociales, asegurar una adecuada higiene urbana y calidad ambiental (local y regional) para la actual y las futuras generaciones, minimizar los efectos negativos para la salud y el ambiente asociados a la gestión de los RSU, en el marco de las normativas vigentes y un modelo de gestión abierto y transparente”.
Se evaluaron 6 modelos alternativos (según criterios económicos, tecnológicos, legales, sociales y ambientales), y se seleccionó un esquema para la Región Central que consta de dos modelos, uno para el área central y otro para la periferia. El modelo para la primera (La Plata, Berisso y Ensenada) consta de 15 Centros de Recuperación Urbano Municipal, para el manejo de los residuos recuperables (bolsa verde); una Estación de Transferencia que facilite el transporte de los restantes RSU (bolsa negra) a un Centro Integral de Tratamiento y Disposición Final ubicado en la Región Central. Este Centro consta de una planta de separación de RSU, equipamiento para el tratamiento de la fracción orgánica (biodigestión + compostaje), de la facción recuperable, y para la eliminación o disposición final de los demás RSU (rechazo, peligrosos) por inertizado o relleno de seguridad.
El modelo para la periferia (BR y PI) consta de un Centro de Recuperación Urbano Municipal para el manejo de los residuos recuperables (bolsa verde) y equipamiento para el tratamiento de la fracción orgánica (biodigestión + compostaje), mientras que la facción de rechazo se envía al Centro Integral de Tratamiento y Disposición Final regional.
Tanto el análisis comparativo de los costos de inversión y operación, como de las mejoras potenciales del modelo ponen en evidencia los beneficios de la propuesta: el esquema completo (modelo central + periferia) tiene un costo total de $ 115 millones, con similares costos operativos que un modelo tradicional y las siguientes ventajas: menores costos de transporte (se recuperan RSU al inicio del circuito); beneficios directos por venta de residuos reciclados; beneficios indirectos por fomento a industrias de reciclaje (inversión y empleo); menores impactos ambientales (menor pasivo ambiental); menor conflictividad social; mayor cantidad de empleos directos permanentes en la región (500 empleos directos en Centro de Recuperación Urbano Municipal, Estación de Transferencia y Centro Integral de Tratamiento y Disposición Final regional); y beneficios por producción de biogas y electricidad.
Sobre la base del análisis territorial y regional de los aspectos normativos urbano-territoriales (normativa de uso del suelo, parcelamiento, accesibilidad, distancia a centros educativos, de salud o de producción intensiva), y naturales (hidrogeología, edafología, áreas naturales protegidas, ecología), se identificaron cinco sectores que cumplen con las condiciones necesarias para la localización del Centro de Integral de Tratamiento y Disposición Final para la región Capital.
El análisis social e institucional se propone un esquema de gestión que garantice la ejecutividad y la participación social para implementar el Plan: éste consta de una Institución Autónoma Regional (ente ejecutivo autónomo) y un Consejo Asesor que colabora, asesora y canaliza inquietudes y expectativas sociales. El Consejo Asesor estará conformado por representantes de la sociedad civil, entidades académicas y centros de investigación tecnológica. Se recomienda iniciar el proceso de inserción territorial del modelo propuesto, que deberá incorporar instancias formales de información y participación pública con el fin de lograr el consenso y especificar las medidas necesarias de compensación a la población potencialmente afectada por la ubicación del futuro Centro Integral de Tratamiento y Disposición Final.
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Por otra parte resulta imperioso consolidar formalmente el consenso necesario para la sustentabilidad del Plan GIRSU-RC, como una de las fortalezas regionales que impidan o limiten eventuales decisiones respecto al manejo de los RSU extrarregionales que puedan involucrar a la Región Capital. Para ello se recomienda establecer un acuerdo interinstitucional entre las autoridades gubernamentales (locales, provinciales y nacionales), las ONG y las instituciones académicas regionales, sobre 3 puntos: 1) No aceptar o recibir residuos de ninguna naturaleza externos a la Región; 2) Establecer mecanismos e instancias formales de participación ciudadana y monitoreo externo independiente que aseguren la transparencia en la gestión de los RSU; y 3) Implementar en forma progresiva y sostenida medidas que tiendan a la gestión integral de los RSU, tomando como base la visión propuesta para el Plan GIRSU-RC.