Se trata de un producto denominado “Fórmula cicatrizante para uso tópico, con utilidad para su aplicación en pequeños y grandes animales”, una innovación en farmacología veterinaria desarrollada por la cátedra de Farmacología y Toxicología en articulación con el Hospital de Clínicas y de otras áreas de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste.
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Es una pasta que se adhiere a la lesión, que no se escurre de la piel del animal, con acción de tiempo prolongado, resistente a las lluvias, con propiedades antisépticas, antibacterianas y que evita las miasis, entre algunas otras características que no tienen otros productos farmacológicos cicatrizantes.
Por las novedosas propiedades del cicatrizante, la Universidad inició el procedimiento de búsqueda de antecedentes para el inicio de la solicitud de registro de la patente de invención ante la Administración Nacional de Patentes. Fue así que el producto despertó el interés de la empresa Litoral Biológico (Grupo CGL), que forma parte del Programa Socios Estratégicos de la Universidad. Así, se llegó a un consenso entre las partes, que acordaron la licencia de tecnología, el desarrollo y explotación del producto desarrollado por la Universidad para su producción, venta y comercialización.
Respecto del producto logrado, la farmacéutica Laura Lozina, participante del proyecto, detalló a Argentina Investiga que éste fue pensado para su aplicación en pequeños y grandes animales, teniendo en cuenta el tipo de lesión y las condiciones en que viven los animales como, por ejemplo, los caballos que están a la intemperie y que por las actividades que realizan son propensos a presentar lesiones difíciles de cicatrizar.
La “pasta amarilla”, como llaman informalmente al cicatrizante, alcanza una fuerte adherencia a la lesión, a diferencia de otros preparados comerciales que no se adhieren perfectamente a heridas grandes. Además, tiene adherencia al pelo del animal, resiste a las lluvias, al sol, y cubre la herida por un tiempo prolongado favoreciendo la cicatrización, sin que se pierda el producto.
Tiene, asimismo, la propiedad de que absorbe secreciones comunes de las heridas como pus y otros líquidos y, además de evitar la infección bacteriana, promueve la cicatrización. También posee propiedad repelente para evitar miasis, al repeler moscas. Ha sido efectiva en distintos tipos de heridas y de gravedad de las lesiones, y el tiempo de cicatrización es similar y aún menor que el de otras fórmulas comerciales.
“Se trata de un tratamiento eficaz, de probada efectividad, de fácil aplicación y rápida actuación, que se constituye en una fórmula farmacológica de referencia para el tratamiento de las heridas y su óptima cicatrización” aclaró la investigadora.
Primer acuerdo de licencia tecnológica
El acuerdo de licencia tecnológica fue firmado con la presencia del rector de la Universidad, el ingeniero Eduardo del Valle, y la firma Litoral Biológico SRL (Grupo CGL); el decano de la Facultad de Ciencias Veterinarias, doctor Elvio Ríos; y los integrantes del grupo de investigación que desarrollaron el cicatrizante.
De esta manera, se constituye el primer acuerdo de licencia tecnológica generado en el marco del Programa Socios Estratégicos - Foro Universidad Empresa, según explicaron el arquitecto Gustavo Tripaldi, subsecretario de Relaciones Interinstitucionales de la Universidad, y la arquitecta Claudia Pilar, directora de la unidad de Vinculación y transferencia.
La transferencia de la licencia tecnológica se consolida gracias a la política de protección del conocimiento que la Universidad, a través del Área de Propiedad Intelectual (PI), realiza para resguardar la propiedad intelectual de sus desarrollos científicos.
El producto
“La fórmula cicatrizante es el mérito de un trabajo conjunto de distintos grupos de investigación y demandó el esfuerzo de docentes, investigadores, no docentes y estudiantes de distintas áreas de la Facultad. Se desprende de varias líneas de trabajo que incidieron en su logro”, sostienen las doctoras MV Ofelia Acosta, investigador científico del Conicet, la farmacéutica Laura Lozina y la médica veterinaria Gladys Pamela Teibler, investigadoras de la cátedra de Farmacología y Toxicología.
La idea inicial surge en el marco de un proyecto de extensión del programa Universidad en el medio, en el que se trabajó en la atención de equinos de familias dedicadas a la producción artesanal de ladrillos y que luego sumaría también a otros sectores que utilizaban animales como transporte de tracción a sangre.
Esos sectores sociales acudían a la Facultad ante la necesidad de atender las numerosas lesiones sufridas por sus animales, y desde la cátedra de Farmacología y Toxicología se pensó en la posibilidad de desarrollar cicatrizantes alternativos a las fórmulas comerciales más difundidas. Luego, en el marco de un proyecto científico para producción de suero antiofídico, financiado por el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología, como Proyecto Federal de Innovación Productiva (PFIP 2005), la cátedra vio también la necesidad de contar con cicatrizantes efectivos para curar las lesiones que se producían en equinos por las aplicaciones de vacunas con las cuales se generaba suero antiofídico en esos animales.
Así se consolidó la búsqueda de distintas formulaciones cicatrizantes, que implicó un arduo trabajo de investigación, pruebas de laboratorio, pruebas de eficacia en animales, controles clínicos constantes, así como de una capacitación permanente de recursos humanos.
“La producción del fármaco se logró por el esfuerzo de los recursos humanos de calidad con los que cuenta la Facultad de Ciencias Veterinarias, en especial el Hospital de Clínicas, en el que participan investigadores, docentes, no docentes y estudiantes” expresó la doctora Ofelia Acosta, directora del proyecto.
Destacó, además, el apoyo de las autoridades de la Facultad al objetivo posterior de concretar la transferencia del conocimiento y del producto al sector privado.
Transferencia de conocimiento
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El arquitecto Tripaldi y la arquitecta Claudia Pilar, destacaron la firma del acuerdo de licencia tecnológica que implica que una empresa privada lleve a la producción y a la comercialización de un desarrollo realizado en la Universidad, con sus consecuencias positivas en beneficio del desarrollo local y la economía regional. Felicitaron el esfuerzo realizado por los investigadores a cargo del desarrollo, así como el acompañamiento institucional de las autoridades de la Facultad de Ciencias Veterinarias y de la Universidad para que pueda alcanzarse la instancia de transferencia tecnológica, logro favorecido también por el hecho de que el “Grupo CGL” integre el Programa de Socios Estratégicos, dentro del Foro Universidad Empresa. De esta manera, se concreta la visión de la Universidad Nacional del Nordeste como promotora del desarrollo regional en su sentido más amplio.