Ternero de bovino criollo junto a su madre. Ejemplares que conforman la muestra de la investigación.
Según esta investigación, desarrollada en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, el modelo de cría más beneficioso a nivel productivo es que las hembras bovinas tengan su primer servicio a los 27 meses. Esto les permite una longitud de vida mayor, en comparación con las que son servidas precozmente, entre otras ventajas.
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El estudio se realizó a partir de datos recabados del ganado de una cabaña productiva ubicada en la localidad de 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires, que cuenta con más de 200 hembras de distintas variantes de bovino criollo. Victoria Topayán, integrante del equipo de investigadores, explica que “el objetivo fue evaluar la fertilidad de la hembra del bovino criollo según tres variables: la cantidad de terneros que produce a lo largo de su vida, la longitud de vida productiva a la que llega y el peso de los terneros a la hora del destete”.
En relación al enfoque de la investigación sobre la fertilidad bovina, la ingeniera Topayán define: “Buscamos evaluar la aptitud reproductiva en hembras, que son las que producen los terneros, y con una finalidad productiva, es decir, con la idea de aplicar los resultados a la ganadería”.
En el desarrollo del análisis, a partir de los datos recopilados durante treinta años, se comparó la fertilidad de dos grupos de vacas. Por un lado, las que tuvieron su primer servicio a los quince meses de edad, modelo productivo aplicado actualmente y, por el otro, aquellas servidas a los 27 meses por primera vez.
Los resultados preliminares de la investigación indican que el modelo más beneficioso a nivel productivo es aquel que respeta los tiempos biológicos de la actividad sexual ya que “las hembras servidas a los 27 meses producen durante 30 meses más que las del otro grupo y tienen una diferencia en la cantidad producida de 1,2 terneros que al momento del destete cuentan con mayor peso”, detalla la investigadora.
“Este proyecto tuvo resultados revolucionarios” destaca el doctor Rubén Darío Martínez, impulsor de la línea de investigación de los bovinos criollos patagónicos en la Facultad. La razón es que refuta el modelo productivo que se implementa en la actualidad, que se sustenta en la idea de que la hembra entra en actividad más temprano y de esta manera produce durante más tiempo. “Con esta muestra pudimos comprobar que sucede lo contrario, producen durante menos tiempo y menos terneros”, señaló el especialista a Argentina Investiga.
Enfoque aplicado
Lo innovador de esta investigación, según los integrantes del equipo, es el recorte seleccionado para el análisis. Victoria Topayán explica: “Elegimos trabajar con la hembra porque en general suele quedar relegada en los estudios sobre fertilidad y consideramos que, en el caso particular de los bovinos de cría, es el primer eslabón de la industria carnicera ya que la hembra es la que produce a los terneros que alimentan el sistema”.
Por otro lado, las hembras bovinas que integran la muestra se encuentran en un establecimiento que se dedica a la cría para la comercialización, por lo que la información fue extraída de un contexto real de producción ganadera y por eso los resultados son transferibles. “El registro total fue de 314 madres, de las cuales se analizó el número de crías de 272, la longitud de vida de 192, ya que son las que dejaron de producir, y el peso de los terneros producidos por 259”, describe la investigadora.
Características de la muestra
Parte de la muestra que se utilizó para realizar la investigación son hembras del bovino criollo argentino de origen patagónico. Esta raza se creía extinta hasta que en 1989 los investigadores de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ hallaron una población asilvestrada en el Parque Nacional Los Glaciares en la provincia de Santa Cruz.
Desde ese momento se lleva a cabo un programa de recuperación, conservación e investigación que aborda distintos aspectos de este recurso zoogenético y que se sostiene en la actualidad. El doctor Martínez destaca que es importante esta tarea ya que “esta población tiene una gran capacidad de adaptación por haber subsistido sin intervención del hombre y bajo selección natural durante aproximadamente 500 años”.
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Algunas de las hembras que formaron parte de la muestra son descendientes de la variante de bovino criollo patagónico. “Es importante evaluar la fertilidad de esta raza por el valor que tiene como recurso zoogenético ya que la selección natural generó que prevalezcan los genes más aptos en este ganado”, concluye Rubén Darío Martínez.