“El cambio climático es un problema que afecta a todo el mundo, es por esto que todos somos responsables del medio ambiente”, comenta a InfoUniversidades el doctor Peter Thomas, experto de la Cooperación Técnica Alemana de la Universidad Nacional de Cuyo.
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Además de explicar el cambio climático a nivel mundial, sus causas y cómo afecta a algunas regiones de forma más severa que a otras, Thomas también analiza la situación mendocina en particular con el fin de concientizar a la población, empezando por los más chicos. Es por esta causa que el especialista dirige un proyecto en el que se muestra el mapa de Mendoza, con el concepto de curvatura de la Tierra y los tres oasis, de manera didáctica y no denunciante sino amable, para explicar el fenómeno del cambio climático a los niños.
Para que todos tomen conciencia y formen parte de las soluciones utilizaron una mascota, “Cuyún”, que fue presentada en un póster y luego distribuida en escuelas mendocinas. “En este póster se enseña qué significa cambio climático en Mendoza, qué nos pasa a nosotros. Porque no había herramientas en las currículas para que los docentes pudieran transmitírselo a los chicos”, dice Thomas.
En relación a las consecuencias concretas del cambio climático en Mendoza, el investigador señala que “según muestran los estudios a nivel provincial, está comprobado que los glaciares se retiran. Esos cuerpos congelados son una reserva de agua que nos sirve cuando hay sequía o aumenta la temperatura y alimentan a los ríos. Cuando los glaciares pierden su volumen, podemos tener poca agua en verano”. En cuanto al granizo, indica que si bien no está comprobado científicamente que haya un aumento de estas tormentas por el cambio climático, el tema preocupa porque se destruyen grandes extensiones de sectores agrícolas y pone en riesgo la vida de las personas.
El parque automotor mendocino es otro de los factores contaminantes ya que cada año es más grande y emite cada vez más dióxido de carbono a la atmósfera. Junto con la industria causan una gran emisión de partículas. “También está el efecto de la isla de calor; si uno mira a la ciudad desde lejos puede verse una capa oscura encima, debajo de la cual la ciudad se calienta mucho más, hay temperaturas más altas y produce malestar en la gente”, describe el especialista.
Los basurales constituyen otro factor problemático, ya que “en la provincia, son casi todos a cielo abierto, muchas veces se prenden fuego y no sólo emiten dióxido de carbono sino también gases muy tóxicos. Cuando el 60% de los residuos, materia orgánica, empieza a descomponerse, emiten metano; éste se genera cuando los residuos se descomponen sin oxígeno, porque están tapados, y es 21 veces más severo que el dióxido de carbono”.
El experto hace referencia al efecto en la agricultura mendocina: “Los promedios anuales de las temperaturas en general van a aumentar, entonces, se van a acortar los inviernos. Esto va a tener un impacto en la agricultura, porque el aumento de humedad en la llanura, combinado con el aumento de temperatura, puede generar tormentas más severas y más granizo. La vitivinicultura va a tener más humedad y, por ende, más enfermedades; razón por la que muchos inversores ya están llevando las vides a lugares más altos”.
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El póster diseñado por los participantes del proyecto no sólo muestra los efectos y soluciones del cambio climático en la provincia a la vez que intenta concientizar a la población de que todos pueden participar, porque son parte de la sociedad. “Hay que resaltar que el trabajo que hacemos es llevar la investigación a la sociedad; hablo de tecnologías aplicadas, para que la gente participe de estos temas” concluye Thomas.