laboratorio del Investigación y Diagnostico Genético, que se encuentra e la Universidad Nacional de Salta.
El doctor Héctor Cristóbal es doctor en Bioquímica, licenciado en Genética e investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Químicas de la Universidad Nacional de Salta y del CONICET. Logró financiamiento para la continuidad de su investigación del COVID-19 y, además, lleva adelante estudios de otros patógenos como la salmonella, el HPB y la escherichia coli. En esta entrevista, aborda los aspectos poco conocidos acerca de enfermedad llamada viruela del mono
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–¿Qué es la viruela del mono?
–Es un agente infeccioso causado por un agente vírico; este virus está relacionado con la viruela humana, tiene forma de mosaico y una gran cantidad de ADN como material genético. Este virus se descubrió cerca de 1950, en monos que estaban en cautiverio en África y presentaron síntomas similares a la viruela humana, por eso lo llaman “virus del mono”, pero el reservorio principal de este virus son roedores y ardillas de selvas tropicales de África. La transmisión del virus se contagia en forma directa o indirecta, por ejemplo en los Estados Unidos se descubre que personas se infectaron a través de roedores importados del continente africano que contagiaron a perros y éstos a seres humanos. Es decir, el contagio proviene de transmisión entre elementos contaminados o por animales y entre seres humanos. Principalmente, el contagio es de roedores y primates a humanos.
Síntomas
Los síntomas son dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, fatiga extrema y tienen un período; al tercer día comienza una fiebre característica. La diferencia entre la viruela humana y la viruela del simio es que en la segunda se produce una inflamación de los ganglios, empiezan a surgir manchas en la cara, después se forman las pústulas y las erupciones, esto es característico de los poxi virus, de la familia de las viruelas.
Si se compara con el COVID-19, las consecuencias de la viruela del simio son mucho más leves; sin embargo, al igual que el coronavirus, dependen del estado inmunológico de la persona, porque muchas veces estas pústulas terminan siendo afectadas por bacterias" data-toggle = "tooltip" title = "Las bacteria son microorganismos unicelulares que presentan un tamaño de algunos micrómetros de largo (entre 0,5 y 5 μm, por lo general) y diversas formas incluyendo esferas, barras y hélices.">bacterias, o en algunos pacientes tienen una infección pulmonar; esto puede ser una complicación para las personas inmuno deprimidas y puede ser riesgoso para la salud.
Prevención
En 1980 tuvimos la erradicación de la enfermedad gracias a la vacuna de la viruela, un claro ejemplo de la utilidad de la vacuna, en momentos en que no se discutía la posibilidad de usarla. En 1970 se detectó el último paciente. Pero, lamentablemente, en África quedaron personas sin vacunarse y tuvieron contacto con roedores y monos, ya que en la mayoría de estas regiones consumen estos animales, que llevaron al resurgimiento de la enfermedad. En cuanto a la vacuna, ha sido efectiva en un 85% para la viruela del simio.
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Las prevenciones: mantener la limpieza de las manos; el uso del barbijo, ya que se transmite por las gotas de la saliva; evitar el contacto estrecho con las personas que están infectadas. Es importante el aislamiento, las personas afectadas deben permanecer en cuarentena. La viruela del simio tiene un promedio de enfermedad de veinte días, posee un período de incubación y otro de la enfermedad propiamente dicha. No hay un tratamiento especifico, se trata de alivianar los dolores y controlar que las pústulas no se infecten, dado que los fármacos no están probados en este tipo de enfermedades. Además, las personas presentan distintos porcentajes de pústulas en el cuerpo: pueden ser del 25%, del 75%, y hasta del 90%.
Investigador Dr. Héctor A. Cristobal