La exposición integra un conjunto de propuestas generadas por las unidades académicas de la Universidad Nacional de las Artes (UNA), bajo la curaduría de Jorge Caterbetti. Hasta el 10 de diciembre de 2023.
Celebrando los 40 años del retorno a la democracia, la Universidad Nacional de las Artes presenta una exhibición interdisciplinaria que convoca a la comunidad a reflexionar acerca de los logros obtenidos y los desafíos actuales.
El arte puede brindar experiencias para decodificar dispositivos velados, para señalar trampas y proponer caminos. En este sentido, las diversas perspectivas que las disciplinas de la universidad proponen, ofrecen respuestas alegóricas y nuevos abordajes ante una coyuntura político-social que involucra a toda la sociedad e invita a pensar y crear “otros mundos posibles”.
Del 8 de octubre al 10 de diciembre, de martes a domingos de 11 a 18 h (feriados cerrado).
En el Museo de la Cárcova - UNA: Av. España 1701, CABA.
Entrada libre y gratuita.
- Texto curatorial por Jorge Caterbetti
Otros mundos posibles
Una mirada pública y necesaria a 40 años de la recuperación de la democracia
"Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía…" Doctor Mariano Moreno. Prólogo para la edición del Contrato Social de Juan Jacobo Rousseau, 1810.
Estos primeros cuarenta años de democracia ininterrumpida en nuestro país nos sorprenden inmersos en una crisis de proporciones globales. A las inequidades históricas que el neoliberalismo implementó en todas sus expresiones, donde sometió, instrumentó, legalizó y posteriormente normatizó la vida de los habitantes de esta región del planeta, se le suman novedosos fenómenos que no solo consolidan, sino que profundizan aún más las frustraciones, penurias e injusticias a las que fuimos conducidos.
El esfuerzo realizado por todo nuestro pueblo para alcanzar la democracia fue doloroso, traumático y complejo. Treinta mil desaparecidos, miles de fallecidos, bebés apropiados, vidas truncadas por experiencias extremas, familias diezmadas, exilios interminables y militancias heroicas forjaron las huellas eternas que enaltecen el sendero hacia el objetivo cumplido.
Es, sin duda, el momento propicio para que juntos reflexionemos, desde las distintas perspectivas de cada una de las disciplinas que conforman nuestra universidad, sobre los reales alcances de la crisis que nos acecha, sus síntomas y expresiones, sus estrategias y alcances, para desde allí manifestar nuestras convicciones y propuestas. Nos encontramos hoy en óptimas condiciones para ofrecer, diseñar y producir nuevos aportes y valiosos abordajes ante una coyuntura político-social que nos involucra a todxs.
¿Puede el arte brindarnos experiencias eficientes para decodificar dispositivos velados, señalar trampas y proponer caminos? ¿Por qué el pensamiento artístico es apto para recrear comunidad, verificar el accionar despótico de verdades y sentidos únicos? El arte nos aleja de los dilemas históricos sobre los alcances del ser, para manifestarse como una extensión misma de ese ser que supera los dilemas especulativos. De pronto, la obra de arte se instala en la inmanencia, desplaza teorías y entelequias para generar ficciones de otros mundos posibles -tan posibles como la realidad misma- desde donde podemos despojarnos de los imperativos categóricos, de las imposiciones irreductibles y forjar el futuro que merecemos.
A los gritos apocalípticos, coros de pueblos; a las visiones espectrales, larguísimos murales de tiza; a las acciones violentas, eternas danzas de gasas y giros; y a los textos del odio, el supremo cantar de la poesía.
En fin, estamos todxs convocadxs a una mirada colectiva y luego, el milagro.