A simple vista, esta creación es lo que todo visitante asiduo a mercados conoce como “changuito”. Pero, conformado por un lector y una pantalla táctil, el sistema permite a los consumidores consultar la información referida a los productos, armar una lista de compras y ver promociones y ofertas, entre otras opciones que lo convierten en un “changuito inteligente”.
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Está equipado con una computadora que ayuda a llevar la compra, el sistema “lee” los productos que el usuario pasa por el lector y puede calcular el subtotal de lo que lleva adquirido. Así, la netbook adherida al carrito permite visualizar productos alternativos, complementarios y/o sustitutos. Cada uno tiene una función. El sustituto sacia la misma necesidad sin ser totalmente igual. El alternativo hace referencia a dos elementos iguales, mientras que el complementario acompaña al producto principal.
El proyecto también sirve para que la gente no se olvide de lo que tiene que comprar. Y si el consumidor es habitué del lugar, deja ver la última compra realizada. Además, permite hacer un reclamo o una sugerencia, y ofrece el mapa del lugar.
Mejorar la relación entre vendedor y cliente fue uno de los objetivos planteados por los flamantes ingenieros de la UNLaM Martín Micheletto, Pablo Pérez Masatti, Valeria Nápoli, Julio Garnica y Flavio Viñas, quienes diseñaron el novedoso carrito.
El interior del sistema
La detección de los productos se lleva a cabo mediante una tarjeta de RFID, radio frequency identification, que se utiliza para reconocer un objeto gracias a las ondas de radio captadas por un lector. Estas etiquetas se adhieren al producto de modo similar al código de barras. “Es el sistema que se usa en los telepeajes de los autos”, explicó a InfoUniversidades Micheletto. “Funciona por proximidad. En este caso, tiene un radio de diez a 15 centímetros. Sabemos que esta tecnología es el próximo paso en el futuro; por eso la usamos, para que el día de mañana nos sirva”, señaló. Por su parte, la pantalla táctil cuenta con algunos botones específicos para convertir su aprendizaje y utilizarla en un proceso rápido y agradable.
El cliente siempre tiene la razón
El carrito inteligente cumple con el cometido de acercar a consumidor y vendedor e involucrar al primero en la compra para lograr que sus opiniones lleguen a buen puerto. “Una de las mayores ventajas es que el cliente siente que tiene el control de la compra y es más fácil que un comentario sea leído por los empleados. También permite ahorrar porque, si comprás una bebida cola de primera marca y el sistema te ofrece una similar pero más económica, tenés la posibilidad de elegir” expuso Micheletto.
Por otro lado, al implementar el sistema se puede recabar información de las necesidades del cliente y su hábito de consumo. “El supermercado puede saber qué producto fue pasado pocas veces por el lector y qué medidas tomar al respecto”, señalaron.
Interdisciplinas
A la hora de hacer realidad el proyecto, los creadores debieron fijar su atención en áreas complementarias de conocimiento. Para lograr mayor creatividad, recurrieron a los principios básicos del marketing. “Todos estudiamos Ingeniería en Informática. Con la idea armada, buscamos asesoramiento para el momento de la presentación comercial que hicimos en la cátedra. Hablamos con mucha gente que tiene experiencia en el mercado y, al contarles los beneficios del carrito, nos alentaron a seguir adelante porque es algo que no existe”, concluyeron los ingenieros.