La discusión acerca de la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal lleva largo tiempo en la sociedad argentina y llegar a un consenso entre partidarios y opositores parece difícil.
El tema se reavivó en el último tiempo gracias al respaldo público que le dio la presidenta Cristina Kirchner a la iniciativa de reformar la ley de estupefacientes. “Los adictos no son criminales”, sostuvo la primera mandataria frente a los medios.
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Más allá de que la problemática se transforme en cuestión de Estado, en muchos ámbitos se multiplica la polémica y se observa una alta sensibilidad en relación con el tema. Las instituciones educativas, de salud y de contención social, y los medios de comunicación, son espacios de controversia frecuentes al concentrar apoyos y condenas.
En este contexto, una encuesta puso de manifiesto que el 18% de los ciudadanos consultados del partido de La Matanza considera que se debería permitir la posesión para el consumo de narcóticos, mientras que el 71% opina que tendría que seguir siendo ilegal.
En coincidencia con la Presidenta, el mismo estudio reveló que sólo un 3% del total de indagados consideró a las personas adictas como “criminales”, un 15% los calificó como “viciosos”, y un 75% optó por definirlos como “personas enfermas”.
Con respecto a los resultados, y en caso de aprobarse el proyecto, un 83% estimó que habría igual o mayor cantidad de consumidores, mientras que poco más del 10% cree que el número disminuiría si se aplicara la medida.
Según Raúl Aragón, analista a cargo del estudio, “el público bonaerense no es homogéneo en estas opiniones”. Teniendo en cuenta la diferenciación por género, los hombres parecen ser más duros a la hora de calificar a un adicto -el 21% los considera “viciosos”-, mientras que, entre las mujeres, sólo el 12,6% comparte ese concepto.
De la misma forma, el 78% de ellas define a los consumidores de estupefacientes como “personas enfermas”, cuando esta consideración alcanza al 67% en el universo masculino. Una diferencia “muy significativa”, según el investigador.
Pese a esto, los varones parecen estar más abiertos a una posible despenalización. Un cuarto de los consultados respondió de manera afirmativa, cifra que alcanza apenas el 15% en el ámbito femenino.
También el grado de educación parece ser motivo de diferencias en cuanto al tema. Entre los universitarios, un 28,4% se mostró de acuerdo con la propuesta, casi el triple que la cifra arrojada por aquellos que poseen nivel de estudio primario.
Durante la VI Conferencia Nacional de Políticas de Drogas, llevada a cabo los días 25 y 26 de agosto pasado en el auditorio de la Cámara de Diputados, más de 450 asistentes -entre ellos legisladores, jueces, fiscales, especialistas, instituciones y usuarios de drogas- consideraron necesario instalar el debate sobre las políticas de control de estupefacientes, los derechos de los adictos y el sistema de salud.
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De la misma forma, una encuesta reciente del INDEC sobre la ingesta de sustancias psicoactivas arrojó que el 3% de la población del Gran Buenos Aires consumió alguna vez cocaína; el 9,8% marihuana, un 3,9% tranquilizantes sin indicación médica, el 53,4% tabaco, y una gran mayoría -un 78,7%- bebidas alcohólicas.