Diagrama de movimiento de la humedad en Sudamérica. Fuente: AMERICAN METEOROLOGICAL SOCIETY
Si nos guiamos por el mito, Lima estaba siendo asediada por piratas holandeses, allá por 1615, pero una tormenta evitó que desembarcasen, y dispersó su flota. Todo se debió a los rezos de Isabel Flores de Oliva, continúa la leyenda, conocida luego como Santa Rosa de Lima, Perú. Desde aquellos tiempos, toda tormenta que ocurra en derredor del 30 de agosto, se la asocia a Santa Rosa, su fecha en el santoral católico.
Hasta aquí el mito. ¿Qué hay de cierto? Según los archivos del Servicio Meteorológico Nacional, entre 1906 y la actualidad, tan sólo ocurrieron 9 tormentas sobre Buenos Aires el 30 de agosto. Entre los 5 días anteriores, y los 5 posteriores, apenas si se han dado tormentas en el 54% de los casos en más de cien años, según las observaciones del Observatorio Central de Buenos Aires.
Sin embargo, el mito no está tan alejado de la realidad. “Se asocia con la Tormenta de Santa Rosa a la primera lluvia fuerte de fines del invierno, e inicios de la primavera”, nos contó Paola Salio, investigadora del CONICET en el Centro de Investigaciones del Mar y de la Atmósfera (CIMA) y profesora de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. “Es la época en que arranca el flujo de humedad que llega desde el norte”.
Se trata de un fenómeno conocido como Corriente de Chorro en Capas Bajas de Sudamérica, y consiste en una corriente de vientos que transporta la humedad del Océano Atlántico hacia el Amazonas, y de allí hacia el sur, bordeando la cordillera de los Andes, nos explicó Salio.
Según monitoreos del CIMA, este año las primeras lluvias fuertes habrían ocurrido el 11 y 12 de agosto, bastante lejos del día de Santa Rosa, tampoco es que fuesen tormentas. Pero, ¿qué es una tormenta?
Desmitificación de Santa Rosa
“En el entender meteorológico, la tormenta de Santa Rosa se asocia a la iniciación de las tormentas características de la temporada cálida en nuestra región, asociadas a nubes llamadas Cumulonimbus, que suelen estar acompañadas, en su modalidad severa, por fenómenos significativos tales como actividad eléctrica, granizo (como el observado en el día 29 de agosto en La Plata), vientos fuertes, lluvias intensas y en su expresión más severa tornados”, contó Matilde Nicolini, también investigadora CONICET-UBA en el CIMA y profesora de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.
¿Cómo se gesta una tormenta como la mítica de Santa Rosa? Nicolini nos explicó que se forma con una masa de aire inestable cálida y húmeda. Una tormenta tiene un una vida que depende del tiempo que necesita una nube en crecer hasta el punto en que las gotas y cristales formados en su interior alcancen el tamaño justo para precipitarse y terminar disipando así la nube. Esto tendrá que ver, continuó Nicolini, con la intensidad de las corrientes de aire ascendentes, y de la extensión vertical de la nube.
¿Cómo hacen los investigadores para esperar, seguir, predecir y medir una tormenta como la mítica de Santa Rosa? “Las tormentas convectivas pueden observarse con sensores locales y remotos (radares y satélites meteorológicos)”, nos contó Nicolini.
“La predicción de las tormentas se realiza con modelos atmosféricos y métodos de pronóstico a muy corto plazo (del orden de horas) que incorporan la información satelital y de radares meteorológicos. En esta dirección se está avanzando en el Servicio Meteorológico Nacional en colaboración con el Departamento de Ciencias de la Atmósfera de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA”, continuó Nicolini.
Santa Rosa es recordada cada año al acercarse el 30 de agosto, sin embargo muchas veces ha ocurrido que las primeras lluvias de la época cálida de nuestra región se inician antes, o después, en épocas en las que nadie está pensando en la santa de Lima. Pero lo cierto es que concide con la llegada a la región de los primeros aires húmedos de la temporada post invierno, y lo mismo habrá ocurrido en 1615, coincidiendo con los rezos de Rosa y las mujeres de Lima.