La Municipalidad de Villa María, provincia de Córdoba, elaboró un proyecto de ordenanza que busca controlar el crecimiento de la ciudad hacia la periferia. La propuesta está orientada a la planificación y zonificación del espacio periurbano, atendiendo a la presencia de los corredores productivos, producciones hortícolas y tamberos, y fue elaborada en base a una investigación realizada por investigadores de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM).
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A partir de la utilización de herramientas de procesamiento de información geoespacial y el cruzamiento de esos datos con la zonificación vigente en la ciudad, el estudio determinó que más del 60 por ciento de la superficie de la localidad es periurbano, es decir zona de transición entre lo urbano y lo rural, en el que se desarrollan 19 tipos de usos y quedan espacios con relictos de natural. Luego de identificar las unidades de uso homogéneas del suelo comprobaron que se destacan la agricultura extensiva, las industrias, los horticultores, la presencia de loteos, campos sin actividad, fabricaciones militares y basurales clandestinos.
El proyecto se enmarca en un estudio de “la calidad de suelos en agroecosistemas en el Departamento General San Martín, provincia de Córdoba, y la calidad ambiental del periurbano de la ciudad cabecera”, que es dirigido por Analía Becker. En tal sentido, los investigadores analizan desde el 2013 a la actualidad las interacciones entre los diferentes usos, sus formas de transformación del territorio y del desarrollo local.
A partir de esa información, en el 2015 comenzó un trabajo en conjunto con el Estado local para ampliar el conocimiento sobre el periurbano y se concretó un protocolo de trabajo en el que participan la Subsecretaría de Habilitaciones Únicas y el área de asesoría técnica y planificación urbana de la municipalidad. El trabajo es coordinado por Leticia Guzmán y cuenta con la participación de investigadores y estudiantes del Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Básicas y Aplicadas de la UNVM.
En esta etapa avanzaron en establecer un set mínimo de indicadores que “van a señalar si se pierde o no calidad ambiental, según la relación entre los usos dinámicos y los estáticos, como una industria o un loteo a los que cuesta mucho transformarlo a algo natural”, explicó Guzmán.
-¿Por qué eligieron el tema?
-El estudio de la calidad ambiental del periurbano fue abordado ya que no se contaba con información sobre la temática en la localidad y es el espacio físico hacia donde la ciudad se ampliaría. Creemos que la conformación de una línea de base ambiental y la conformación de indicadores ambientales son una herramienta útil para el ordenamiento del territorio.
-¿A qué se llama parche?
-Parche es un concepto de la ecología de paisaje, donde permite establecer una unidad de uso del suelo, en nuestro caso homogénea, donde no solo importa la actividad que predomina sino la forma, estructura y gestión de ese parche.
-¿Cuáles son las características de los parches que se identificaron?
-Se identificaron 19 parches diferentes muy diversos entre ellos. Industria, que dará a subgrupos por rubro; agricultura extensiva; agricultura intensiva; extracción, como ladrilleras; cría intensiva de animales, sobre todo cerdos y pollos; viviendas; relictos de espinal y espacios de recreación; entre otros. La distribución de los parches y con quienes limita es fundamental para saber quién puede inhibir a quien o cuáles son compatibles. En este sentido, resulta importante destacar áreas con relictos de vegetación natural o renovales ya que cumplen una función ecosistémica determinante. Los loteos recientes son parches que permitirán la extensión de la urbanización y, consecuentemente, una ampliación de la distribución de los servicios públicos. Estos parches no continuos de la urbanización consolidada aumentan la fragmentación de las zonas incrementando los aspectos ambientales e inhibiendo el desarrollo de otros tipos de parches.
-¿Por qué es importante la detección de parches?
-Básicamente, porque permite reconocer qué se está haciendo en el periurbano, en qué magnitud y con quién convive, esto aporta a las decisiones políticas porque es un reconocimiento de lo que hay. Además, la convivencia y la dependencia de las ciudades hacia las actividades como horticultura o ganadería no eran reconocidas en el ordenamiento territorial y deben ser integradas en la gestión pública como parte del sistema y no como un problema a desvincular.
-Más allá de las ordenanzas sancionadas, ¿existen políticas sobre el tema implementadas desde el Estado local?
-La concepción del periurbano como una unidad de estudio o para la toma de decisiones es reciente en ciudades intermedias, aunque existen políticas que aplican al periurbano pero no son detectadas como tales.
-De acuerdo a las características detectadas en Villa María, ¿cuáles son los riesgos que se pueden establecer?
-Hasta el momento hemos detectado que son muy escasos los espacios de vegetación nativa, existe una diversidad productiva que es importante conservar ya que la diversidad no solo natural sino económica permite una mayor resistencia y resiliencia.
-¿Por qué decidieron trabajar conjuntamente con el municipio en una normativa?
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-Personalmente creo que las investigaciones no deben ser sólo la base para que otros construyan las políticas. Por eso, este proyecto del periurbano se comprometió en el armado de la normativa, así como los agentes municipales estuvieron comprometidos en la construcción del conocimiento, siendo todos partes del resultado en un proceso de construcción colectiva del conocimiento y de políticas.