“Entre 2018 y el presente, la Argentina sufrió la convergencia de una doble crisis, una nacional –iniciada en 2018 con las corridas cambiarias y financieras– y una internacional –iniciada en 2020 con la pandemia por COVID-19–. A partir de 2021 el ciclo se revirtió, dando inicio a un proceso de recuperación económica sostenido, al menos hasta junio de 2022”, caracteriza un grupo de investigadores e investigadoras de la Universidad Nacional del Sur y el Conicet a la situación nacional.
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“Con todo, los salarios a nivel nacional no han podido empatar con la creciente inflación (64% interanual a junio de 2022). De hecho, la aceleración de la inflación en 2022 junto con la creciente volatilidad de los tipos de cambio financieros ha generado una situación de incertidumbre macroeconómica que contrasta con el crecimiento en curso”, agregan. Y suman, además, que “en este punto, las personas que viven de su salario vienen perdiendo: de participar como el 54,3% del ingreso total en el primer trimestre de 2017 pasaron a representar el 46,9% en el mismo trimestre de 2022, una pérdida de 7,4%. A pesar de la reanimación del mercado laboral, los puestos de trabajo creados no logran recuperar el poder de compra perdido”.
Para conocer el impacto de la crisis “en el bolsillo”, realizaron por tercer año consecutivo una encuesta que analiza la relación entre deudas e ingresos en los hogares de Bahía Blanca. El relevamiento, recogido en junio último a través de un formulario en línea y disponible aquí https://iiess.conicet.gov.ar/images/publicaciones/DocN33.pdf fue diagramado y analizado por Sasha King, Juan de Mendonça Acevedo, Cecilia Bermúdez y Francisco Cantamutto. “Los principales hallazgos marcan la continuidad de los procesos de endeudamiento en los hogares de la Ciudad”, resumió Cantamutto a Argentina Investiga. Más aún, según los datos obtenidos, “la relación entre ingresos y endeudamiento ha empeorado en los hogares de Bahía Blanca respecto de 2021”.
En tal sentido, la encuesta detectó que para el cierre del primer semestre del año, 3 de cada 4 hogares se encontraban endeudados, lo que representa un incremento del 8% respecto del año anterior. La relación aumenta a 9 de cada 10 si se tienen en cuenta las deudas pre-existentes.
El dato adquiere mayor gravedad si se toma en cuenta que, entre los diferentes segmentos sociales, la mayor representación de la muestra corresponde a personas activas en el mercado laboral, de menos de 65 años de edad y con altos niveles de ingresos, mientras que el 62% de los hogares relevados cuenta con ingresos por encima de la línea de pobreza.
Otro hallazgo del estudio es que en los últimos meses se ha modificado la forma de contraer deuda, con una reducción en los atrasos de pagos de obligaciones y un aumento de la deuda por crédito. Dentro del primer grupo se incluyen retrasos en el pago de impuestos y tasas, servicios públicos y tarjetas de crédito, que fueron, asimismo, la principal fuente de nuevas deudas por crédito.
El estudio también revela que el endeudamiento afectó más a personas con el nivel más bajo de estudios, a las mujeres y a los hogares con menores. En hogares con dos o más menores a cargo, todas las respuestas recogidas informaron deudas.
En cuanto a la relación entre género y endeudamiento, el relevamiento detectó que las mujeres –especialmente si son las únicas o principales aportantes de ingresos– encuentran más problemas para poder cumplir con los pagos. A su vez, la incidencia de las mujeres fue mayor entre quienes indicaron vivir en hogares indigentes.
Por su parte, 1 de cada 7 hogares con deudas destinó casi todos sus ingresos o más para pagar sus deudas, y la misma proporción se registró entre quienes recurrieron a nuevos créditos para afrontar deudas previas. Una de cada cuatro respuestas refirió problemas para cumplir con pagos comprometidos. La encuesta determinó que las tres proporciones disminuyeron respecto de 2021, aunque siguen marcando un nivel elevado.
Frente a este escenario, el estudio refiere que la mayor parte de las respuestas informa de recortes en gastos del hogar, aumento del abandono escolar e incremento en la necesidad de ayuda externa, sea del Estado u organizaciones sociales. En este punto, la asistencia del Estado a empresas y hogares se sostuvo respecto del año anterior.
Como movimiento general, la encuesta observa una mayor cantidad de respuestas que vislumbran que podrán cumplir con sus obligaciones. No obstante, encuentra que casi un tercio de los hogares vieron agravarse su situación en el último año.
“La situación que encontramos se condice con el escenario nacional, en el que existe una economía que ha logrado recuperar y sostener los niveles de crecimiento, superando los niveles pre pandemia, con una reducción del desempleo, pero con un atraso en los ingresos respecto de la inflación”, señaló Cantamutto. “Definitivamente, para consolidar la recuperación de la economía es necesario atender a esta regresión distributiva”, concluyó el especialista.
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“No recolectamos datos de otras localidades y no podemos afirmar aún que pasa lo mismo a nivel nacional, aunque los hallazgos son consistentes con trabajos en el tema en otros territorios, de modo que como hipótesis (a ser corroborada) puede ser que exprese un movimiento general”, concluye Cantamutto.