La gastritis es una inflamación del estómago y, en los casos en que se convierte en crónica, puede evolucionar hasta convertirse en cáncer gástrico. Por ello, a la licenciada Gladis Marta Romero y a la doctora Emma Raspi les pareció vital investigar sobre esta enfermedad. La gastritis crónica tiene varias causas, entre las que se destacan la infección por alcoholismo, tabaquismo, consumo de AINES (analgésicos no esteroideos -como la aspirina o el paracetamol-) y Helicobacter pylori, bacteria que vive exclusivamente en el estómago humano, y es el único organismo conocido que puede subsistir en un ambiente tan extremadamente ácido. Otra de las causas de la gastritis que se da particularmente en Salta es el coqueo, actividad muy común en el norte argentino, que consiste en masticar hojas de coca.
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La gastritis comenzó como una infección en hombres de más de 60 años, con nivel socioeconómico bajo, pero se fue extendiendo al resto de la población y en la actualidad afecta a niños, jóvenes, adultos y ancianos de ambos sexos, de diversas clases sociales de todos los países.
De esta manera surgió la necesidad en las investigadoras de determinar fehacientemente qué grado de presencia tenía la gastritis en la población salteña, por lo que se realizó esta investigación, para determinar la relación de la bacteria Helicobacter pylori y los factores de riesgo en la producción y persistencia de gastritis crónica en la población salteña.
El Helicobacter pylori (Hp) es una bacteria que cambia la acidez del estómago, lo que favorece la acción del ácido clorhídrico -ocasionalmente llamado ácido muriático- sobre la mucosa y permite que se produzcan lesiones inflamatorias, ulceraciones y, a veces, induce la transformación en lesiones cancerosas. El alcoholismo produce lesiones en la mucosa gástrica como la congestión, la atrofia, la producción de inflamación y, por lo tanto, la afectación de la función gástrica. Similares inflamaciones produce el tabaquismo, por su acción tóxica directa sobre el estómago, a la que deben sumarse las lesiones vasculares que conlleva esta adicción. El excesivo consumo de AINES en el tratamiento de patologías crónicas también produce lesiones inflamatorias en la mucosa, que con el tiempo pueden producir su atrofia y por último, el coqueo, hábito muy arraigado en la población salteña, ha sido causal de informes parciales.
La investigación comenzó con el estudio de la prevalencia de la infección por Hp en pacientes con gastritis clínica, por edad y sexo, y su relación con la intensidad y características de los cambios inflamatorios. Se estudiaron 892 biopsias endoscópicas antrales de pacientes con diagnóstico clínico de gastritis, en el período entre enero 2007 y julio 2008, de las que se seleccionaron 491 por contener todas las variables en estudio.
Se encontró que el 49,1% de las biopsias tenían infección por Hp (+), de los cuales el 51,3% fueron hombres. La edad promedio fue de 44, bajo un rango de 15 a 86 años. El 53,1% tenían edades de entre los 30 y 49 años; las mujeres representaron el 54,9% y el 50,5% los varones. Para estos últimos, hay más casos en mayores de 60 años y menores de 20 años. Del 70,1% de los pacientes Hp (+) el nivel de infección fue leve. El 20,7 % de Hp + tenían un nivel moderado.
Se encontró una marcada prevalencia de infección por Hp en la población salteña. Esta primera etapa de la investigación resultó muy importante ya que hasta el momento no se disponía de datos estadísticos.
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En Salta se conocen altos índices de alcoholismo, consumo de tabaco y coqueo. Sin embargo, los pacientes tienden a encubrir estos aspectos y, si bien se analizaron estas variables, no se encontraron relaciones estadísticas con el Hp. Según explicaron a InfoUniversidades las investigadoras, “es relevante haber encontrado una alta prevalencia de infección por Hp, lo que tiene un alto impacto en la salud de la población. Si se logra establecer una relación entre las diferentes variables se podrá, mediante una educación adecuada, prevenir la enfermedad que redundará en beneficios socioeconómicos para el paciente y para la salud pública, evitando gastos en tratamientos, algunos muy costosos como los que se usan para el tratamiento del cáncer”.