Incrementar la productividad aviar sin usar antibióticos para el crecimiento es uno de los objetivos del trabajo.
Ante la preocupación en materia de salud pública que genera el uso de antibióticos para el crecimiento de los animales de granja, un equipo de científicos de la Universidad Nacional de Río Cuarto trabaja en el desarrollo de un bioformulado con una cepa autóctona como probiótico para la alimentación de pollos parrilleros. Su objetivo es reemplazar los antibióticos promotores de crecimiento en las aves por aditivos naturales de origen y producción local.
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Se procura implementar el uso de probióticos a base de cepas autóctonas del grupo bacteria Gram positiva, Catalasa-positiva, aerobio comúnmente encontrada en el suelo.">Bacillus subtilis para incrementar la productividad aviar en condiciones sostenibles desde el punto de vista socio-económico y ambiental.
Esta propuesta resultó elegida en el marco de la convocatoria nacional de “Ciencia y tecnología contra el hambre”, entre los proyectos de investigación y desarrollo orientados. Y será subsidiada con dos millones de pesos.
“Uso de probióticos a base de bacillus amyloliquefaciens como estrategia alternativa y sustentable para el reemplazo de antibióticos en la producción aviar” es el título de este proyecto, que dirige el doctor en Ciencias Biológicas Edgardo Jofré, del Laboratorio de Biología Molecular de las Interacciones Planta-Microorganismo, del Departamento de Ciencias Naturales de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de la UNRC e investigador del Conicet.
Jofré trabaja con un equipo la Facultad de Ciencias Exactas y el INBIAS - Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud, de doble dependencia Conicet-UNRC, en conjunto con la cátedra de Producción Avícola de la Facultad de Agronomía y Veterinaria. Consultado sobre el objetivo de este trabajo, Jofré señaló a Argentina Investiga que consiste en “reemplazar el uso de antibióticos promotores de crecimiento por aditivos naturales de origen y producción local y económicamente rentables para la obtención agroecológica de alimentos con alto contenido proteico, con la finalidad de optimizar la salud intestinal, el estatus inmunitario, los parámetros productivos en los pollos parrilleros, y la modulación del microbioma con especial énfasis en el impacto de los aditivos sobre la prevalencia de genes de resistencia a los antibióticos”.
Un probiótico es un factor de origen microbiológico que estimula el crecimiento de otros organismos. Y Bacillus amyloliquefaciens es una especie de bacteria. El desarrollo impulsado por el equipo de investigadores se basa en un bioformulado con una cepa autóctona de Bacillus amyloliquefaciens para su uso como probiótico en la alimentación de pollos. Esta especie bacteriana se encuentra en el grupo B. subtilis y es considerada por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos como “Generalmente Reconocidos como Seguros” (GRAS: generally recognized as safe), un requisito necesario para su utilización como probiótico.
Un aporte a la seguridad alimentaria
Las urgencias del mercado exigen que cada vez más rápido se obtengan pollos de mayor volumen, lo cual lleva al uso de antibióticos como promotores del crecimiento –entre otras estrategias-, que permiten que a la vuelta del mes y medio un ejemplar esté a punto para la faena. Pero los antibióticos que se incorporan a las dietas para favorecer el crecimiento y mejorar el desempeño productivo están en plena crisis por la aparición de resistencia bacteriana que pone en vilo a la salud.
En la Facultad de Ciencias Exactas de la UNRC poseen bacterias aisladas en el laboratorio, que ya han sido estudiadas. Este equipo de investigación tiene hasta el genoma frecuenciado de esas bacterias; conocen los genes que tienen y que producen. Sobre esa base y el conocimiento de los compuestos bioactivos que producen estas bacterias, ahora se proponen utilizarlas como probióticos en reemplazo del uso de antibióticos como promotores del crecimiento.
Los antibióticos en bajas dosis son promotores de crecimiento, dado que ayudan a los animales a modular la microflora intestinal, suprimiendo levemente las bacterias entero-patógenas. Su uso continuo elimina las bacterias sensibles a esas moléculas, al tiempo que se seleccionan cepas resistentes. Además, patógenos importantes tanto para animales como para humanos adquieren cada vez más resistencia a diferentes antibióticos. Y son distribuidos en el ambiente, lo cual pone en riesgo a los humanos. Por eso, a nivel mundial ya se adoptan medidas para reducir o eliminar el uso de antibióticos como promotores de crecimiento.
Estudios recientes dan cuenta de la presencia de bacterias resistentes que han pasado del ganado a las aves de corral, lo cual evidencia la existencia de una transmisión zoonótica de esos genes, que a la vez llegan al ambiente a través de las defecaciones. De esta manera, hay transmisión de genes de resistencia en la cadena alimentaria. De ahí, la importancia de este desarrollo científico que se propone desde la UNRC.
Son bacterias de las que ya se conocen sus acciones probióticas, con las cuales trabajan desde hace mucho tiempo en relación con la producción vegetal. Y ahora han comenzado a ocuparse para obtener beneficios en la producción animal.
Las bacterias que tienen aisladas son cepas de bacillus, de uso seguro para la nutrición, y proponen utilizarlas como probióticos en la alimentación de pollos destinados al consumo de carne. Es un aporte a la seguridad alimentaria, que plantea el uso de bacillus como una medida alternativa y sustentable para el reemplazo de antibióticos en la producción avícola. Se trata de bacterias autóctonas, lo cual cobra importancia porque se está generando biotecnología a partir de desarrollos locales, que será aplicada también en este lugar.
En Exactas, en Veterinaria y después al sector privado
En la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de la UNRC se va a hacer la producción del probiótico, mientras que en la Unidad de Investigación Aviar de la Cátedra de Producción Avícola, del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, van a ejecutar los ensayos. Y luego dos empresas adoptarán esta biotecnología.
El bioformulado, en una primera instancia, será producido a nivel de laboratorio en la Universidad, sólo en pequeña cantidad, y luego se hará a escalas mayores, lo cual se encomendará a una pyme de la ciudad de Río Cuarto. La empresa Assunta Dauer será la encargada de la producción a gran escala del probiótico, la empresa Globoaves S.A. usará el probiótico para la alimentación de pollitos BB (parrilleros) y la empresa HAB S.A dispondrá del probiótico para su división de nutrición animal.
El grupo de investigación
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El equipo que lleva adelante este proyecto de investigación y desarrollo orientado está integrado por los doctores Edgardo Jofré y Daniela Medeot; los becarios Ricardo Puche y Aldana Correa, y el doctor Walter Ferrari, que pertenecen a la Facultad de Ciencias Exactas y al INBIAS-Conicet, a quienes se suman los doctores Raúl Miazzo y María Fernanda Peralta, el magíster Armando Nilson, la médica veterinaria Micaela Vaquero y la alumna Nadia Allende, de la cátedra de Producción Avícola de la Facultad de Agronomía y Veterinaria.