El noroeste de la provincia de San Luis es un semi desierto donde el agua es un recurso limitante. La escasez motivó un estudio liderado por el doctor en Agronomía Patricio Magliano, quien junto a un equipo de expertos, analiza la cosecha de agua de lluvia –una de las pocas formas de obtenerla–, destinada a la supervivencia.
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Una de las estrategias para contar con agua es aprovechar los sucesos de lluvia, que tampoco suelen ocurrir con frecuencia en la zona. Por este motivo se preparan espacios en el territorio, especialmente pensados para la cosecha, llamados represas o tajamares. Según señaló Magliano a Argentina Investiga, conocer la cantidad de agua que se junta y las fluctuaciones en el tiempo es uno de los objetivos de la investigación. Uno de los temas de análisis para lograr este objetivo radica en el relevamiento de las variables que hacen que una represa se llene o se vacíe.
“Estudiamos el tipo de vegetación cercana a la represa, vemos si la represa tiene mucha cantidad de suelo desnudo, nos fijamos la pendiente que tiene el suelo y, fundamentalmente, hacemos hincapié en entender la circulación del ganado vacuno. Vemos cuántas vacas tienen las personas, por dónde caminan esas vacas, cuál es el efecto del pisoteo dentro de la represa”, indicó.
El investigador explicó que observan que las represas con mayor número de vacas que toman agua –y por ende pisan el fondo del tajamar– conservan más este recurso en el tiempo. El ganado ejerce un efecto positivo compactando el suelo y ayudando a que el agua no se pierda por infiltración. “Esto no se sabía y es una novedad: el pastoreo y el pisoteo de las vacas favorecen el agua que ellas mismas necesitan”, dijo.
En la actualidad, el equipo monitorea quince represas que se encuentran distribuidas en todo el territorio. Se contabilizaron alrededor de 2.500 en toda la zona geográfica. “Hoy en día, el fin de los tajamares es netamente ganadero. Los productores cosechan la lluvia para que las vacas tomen agua. Esto se debe a que llueve poco. Las napas freáticas están muy profundas y es difícil sacar esa agua (…) Durante muchos años esta fue la única forma de conseguir agua y por eso la gente la usaba para todo”.
El calor y el viento
Las lluvias anuales están en el orden de los 300 a 400 milímetros concentrados entre los meses de octubre y marzo y representan el 80% de los sucesos de lluvias, y el resto del tiempo no llueve. “Eso genera muy poco caudal”. No obstante, otros factores que los científicos tienen en cuenta son el viento y el calor, principalmente el viento, ya que ocasiona que el caudal comience a evaporarse y disminuya.
Por ello, el monitoreo de las represas es constante, doce de los quince tajamares estudiados forman parte de un proyecto con enfoque tecnológico que se hace en colaboración con municipios. “Vamos –aproximadamente– una vez por mes para ver los niveles y hablar con la gente”, contó el profesional.
Para medir el agua de las represas se utilizan reglas de medición instantáneas, que se instalan en la parte más profunda de la represa junto a un sensor. Miden 2,30 metros de altura y presentan marcas y colores que orientan a los científicos para obtener datos. “El productor, sacando una foto puede rápidamente ver el dato de nivel (…) Los productores se entusiasman cuando nosotros vamos y empezamos a medir. Les mostramos los datos, les contamos si las represas funcionan mejor o peor (…) Hubo muchas represas que pudimos reparar y llevar nuestros conocimientos científicos, cuestión que incrementó la cantidad de agua cosechada”.
Los diques como aliados
El dique Nogolí, construido por la provincia en el 2002, en el cual se cosecha agua de las sierras centrales de San Luis y se almacena, posee agua que se transporta por acueductos hacia el oeste de la provincia y favorece la zona de estudio. Este es el dique más cercano con capacidad de riego, dado que llega a una mayor cantidad de productores.
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“Los diques son una buena alternativa, pero el dique Nogolí no puede resolver el problema de agua de toda la región, es imposible hacerlo y por otro lado requeriría de una inversión fenomenal. Entonces, lo que tenemos son las represas distribuidas por toda la región a lo largo y a lo ancho, cosechando agua. Esta es una herramienta importante para la población”, concluyó.