En el conurbano bonaerense, una encuesta realizada por el Centro de Opinión Pública de la Universidad Nacional de La Matanza reveló que casi la cuarta parte de la población consume cigarrillos y que, de ese total, la mayoría se inició muy joven: más del 40 por ciento entre los 12 y los 15 años, y casi el 30, entre los 16 y los 18.
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Los datos son preocupantes en la medida en que, cuanto antes comienza el consumo, más difícil resulta apartarse de él. “El problema entre los adolescentes es que su sistema nervioso es inmaduro, por lo que corren el riesgo de desarrollar una adicción mayor”, señaló a InfoUniversidades Carlos Abraham, al frente de la dirección de Prevención y Asistencia a las Adicciones de La Matanza.
En la misma línea, según la Alianza Argentina Libre de Humo, la tendencia actual demuestra que las chicas de 13 a 15 años fuman mucho más que los varones de su misma edad. “Las cifras no son casuales. Esto sucede no sólo en Argentina, sino a nivel mundial, porque la industria tabacalera encontró un sector más vulnerable: la mujer joven con ansias de liberarse”, denunció Verónica Schojd, presidenta de la coalición de asociaciones que luchan contra el tabaco.
Bomba de tiempo
Mario Virgolini, coordinador del programa de Prevención y Control del tabaquismo del ministerio de Salud, especificó que la adicción al cigarrillo es la primera causa de muerte evitable en Argentina. Acaba con la vida de 40.000 personas al año y se prevé que, en las próximas tres décadas, aumenten los casos de cáncer de pulmón y las enfermedades coronarias entre mujeres.
Argentina es uno de los pocos países en el mundo y el único en toda Latinoamérica que no forma parte del Convenio Marco de control de tabaco de la Organización Mundial de la Salud, un acuerdo internacional que establece normativas antitabaco. Para Virgolini, las responsables de esta situación son las industrias tabacaleras, que “ejercen presión para que no se aplique el tratado”.
Los especialistas también cuestionan las políticas libres de humo que están en vigencia en distintas ciudades y provincias, como la ley bonaerense 13.894, que prohíbe fumar en espacios abiertos y cerrados públicos y privados, donde se ejerza alguna actividad comercial, recreativa, cultural o deportiva. Según señalan, estos estatutos no se cumplen como es debido. “Sabemos que, en algunos distritos, no se labran las infracciones. Nosotros estamos trabajando en ello pero todavía nos encontramos con mucha gente que defiende el ‘derecho a fumar’”, puntualizó Virgolini. En la encuesta realizada por la UNLaM, aunque más del 90 por ciento de las personas consultadas está de acuerdo con que haya lugares libres de humo, el 60 por ciento cree que no se respeta la ley que prohíbe fumar en esos espacios públicos.
Medidas locales
En el marco del convenio Adolescencia Plena, la dirección de Prevención y Asistencia a las Adicciones local, junto al ministerio de Salud provincial, brindan charlas en las escuelas sobre distintas drogas, entre ellas, el tabaco. En 2009, el plan se implementó en algunas escuelas ubicadas en la zona que se extiende desde Virrey del Pino hasta González Catán y en 2010 se planea avanzar hasta la localidad de San Justo. Los especialistas señalan que aún queda mucho por hacer: restringir la publicidad de las industrias tabacaleras, impulsar políticas preventivas eficaces y prohibir la existencia de lugares especiales para fumadores en lugares públicos y semipúblicos, son algunas de las cuentas pendientes.
Alto crecimiento de ventas en productos para dejar el cigarrillo.
La oferta de este tipo de productos, que se sextuplicó en los últimos cuatro años, incluye fármacos y tratamientos terapéuticos. Las historias de personas que buscan dejar de fumar son cada vez más numerosas. Así, el relevamiento hecho por la UNLaM señala que el 71 por ciento de los encuestados que consumen cigarrillos trató de abandonarlo alguna vez en su vida y que el 62 por ciento teme por su salud.
Pese al panorama preocupante que se dibuja frente a la disminución de la edad promedio de aquellos que deciden incursionar en el consumo del cigarrillo, los especialistas indican que, en los últimos años, se ha visto un viraje alentador en cuanto a la representación social del fumador. Según señalan, antes, alguien que fumaba era considerado un ser moderno y hasta interesante.
Con el tiempo, este hábito se fue tornando una costumbre desagradable para quienes no la comparten y los fumadores comenzaron a sentirse afectados por la mirada ajena. En este sentido, la encuesta indica que al 67 por ciento de las personas consultadas le molesta compartir espacios con fumadores. Estos cambios acarrean nuevas conductas, vinculadas a la necesidad que tienen los fumadores de sentirse incluidos: “En la actualidad, muchos jóvenes quieren dejar de fumar, a diferencia de años atrás, cuando quienes iniciaban el tratamiento eran aquellos que tenían más de 50 y comenzaban a padecer los primeros síntomas de la adicción”, concluyó el especialista.
En este contexto, de acuerdo con datos aportados por el Observatorio de Medicamentos, Salud y Sociedad de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), la venta de medicamentos que ayudan a combatir esta dependencia experimentó, entre 2005 y 2009, un gigantesco crecimiento del 627 por ciento.
Dejar de fumar
Como ocurre con cualquier otra droga, no toda persona que consume tabaco es adicta. Por el contrario, según explicó el director de Adicciones de la Municipalidad de La Matanza, “tiene que haber ciertas características personales”, que hacen que un individuo sea más vulnerable y proclive a generar dependencia hacia alguna sustancia.
En el tabaquismo, la adicción no está vinculada, únicamente, a la necesidad de consumir nicotina, sino que involucra todo un sistema de hábitos. De acuerdo con Verónica Schojd, “el método más efectivo que existe para dejar de fumar es la combinación de un tratamiento que apunte a la conducta y el consumo de una medicación”. El primero, se refiere a un conjunto de estrategias para aprender a evadir la adicción, sobre todo en las primeras semanas, que son las más críticas. Los profesionales aconsejan recurrir a psicólogos o grupos de autoayuda que puedan ofrecer al paciente el apoyo necesario para sobreponerse a la adicción.
Cifras asfixiantes
1.300 millones de fumadores hay en el mundo.
5 millones de personas mueren anualmente por causas asociadas al cigarrillo en todo el planeta.
8 millones de fumadores hay en Argentina.
40.000 mueren por año, lo que da un promedio de 110 personas que fallecen como consecuencia de esta adicción, por día.
33,4 por ciento de la población de 18 a 64 años consume tabaco.
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13 cigarrillos diarios es el consumo promedio.