Élida Luque y Patricia Sampaoli encabezarán los equipos de profesionales que participarán en el proyecto
El fusilamiento de obreros rurales en estancia Anita, en diciembre de 1921, fue uno de los hitos que marcó el final de las huelgas obreras y de una feroz represión estatal en toda la provincia de Santa Cruz, durante los sucesos que fueron conocidos como “La Patagonia Rebelde,” a partir de la obra monumental del historiador Osvaldo Bayer. Estos acontecimientos fueron enfrentamientos protagonizados por trabajadores anarcosindicalistas de la provincia de Santa Cruz en la rebelión encabezada por el anarquista español Antonio Soto, entre los años 1920 y 1921. Los enfrentamientos comenzaron como una huelga contra la explotación de los obreros por parte de los patrones, que fue luego ferozmente reprimida por el Ejército, al mando del teniente Héctor Benigno Varela, enviado por el entonces presidente Hipólito Yrigoyen.
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En el establecimiento rural, ubicado a unos 40 kilómetros de El Calafate, alrededor de 400 peones rurales de Santa Cruz se rindieron frente a las tropas del Ejército argentino y un número no precisado de esos trabajadores -que oscila entre 150 y 250 según las fuentes- fueron fusilados y sepultados en tumbas colectivas cuya ubicación sigue siendo un misterio casi un siglo después.
Para comenzar a echar un poco más de luz sobre estos hechos largamente silenciados y tan caros a los sentimientos de los santacruceños, el Archivo Nacional de la Memoria suscribió un convenio con la Universidad Nacional de la Patagonia Austral con el objetivo de corroborar datos históricos relacionados con las huelgas de trabajadores rurales de 1921. A partir de este convenio, las partes acordaron comenzar con estancia Anita, para en sucesivas etapas avanzar en la localización de otras tumbas colectivas de las que se tiene referencia en distintos puntos de la provincia.
La tarea fue encomendada a dos grupos de investigación con una importante trayectoria en el estudio de las huelgas del ‘21. Uno de la Unidad Académica Caleta Olivia, que estudió distintos hechos de la Patagonia Rebelde acaecidos en zona norte, con un enfoque centrado en el patrimonio, y otro de la Unidad Académica Río Gallegos -con mayor influencia en zona sur- especializado en historia y en el estudio de los movimientos sociales y las luchas obreras.
Enfoque histórico
Élida Luque, docente investigadora de la Unidad Académica Río Gallegos, destacó a Argentina Investiga el hecho de “que sea nuestra Universidad la que deba ocuparse de la localización de las tumbas colectivas de la Anita, que es un lugar tan emblemático, y de otros puntos de la provincia”. La docente recordó que en esa estancia “se realizó una gran asamblea donde se habían dirimido las posturas a seguir y luego de que triunfó la opción de rendirse, Soto (el líder de las huelgas en zona sur) se negó y se fue con otros 12 hombres, mientras que los que se entregaron fueron masacrados”.
Luque manifestó que el objetivo en principio es “señalar, localizar el espacio de esa tumba colectiva” y explicó que para esas tareas se conformó un grupo interdisciplinario que incluye también a profesionales del campo de la Geología, la Arqueología y la Geografía.
No obstante, aclaró que localizar las tumbas colectivas “no es tan simple”, porque “no hay relatos ni documentos que indiquen el lugar preciso, más allá de que se sabe que es cerca del galpón de esquila, y no sabemos si el paisaje de hoy es el mismo que el de la década del veinte”.
Por otra parte, dijo que esta investigación va a permitir “poner nuevamente sobre el tapete un tema que sigue siendo tabú en Santa Cruz”, pero consideró que sólo va a ser una forma de hacer justicia si se avanza hacia una etapa de identificación de los muertos similar a la que se está realizando con los detenidos desaparecidos durante la última dictadura militar. “Si sólo se queda en un relato liviano que le sirve al turismo para hacer catarsis, y nadie recuerda la lucha, no estoy segura de que sirva de algo”, sentenció finalmente.
Patrimonio
Patricia Sampaoli, docente investigadora de la Unidad Académica Caleta Olivia, sostuvo que es “una oportunidad maravillosa la de trabajar en el marco de un convenio con el Archivo Nacional de la Memoria” para “rescatar una parte de nuestra historia que fue silenciada durante tanto tiempo”.
La investigadora guarda esperanzas de que estancia Anita “sea un primer paso para luego hacer el mismo trabajo en zona norte, en las cercanías de Jaramillo y recorrer los espacios consignados por la tragedia de la huelga también en otras partes de la provincia, como en la zona de Gobernador Gregores”. Al igual que en zona sur, en el norte de la provincia “hay muchos indicios, muchos datos, pero cuando uno tiene que ir y encontrar esos restos te encontrás con que el cañadón de los muertos es una inmensidad que no se sabe dónde pueden estar sepultados”.
Otra de las barreras que reconoce Sampaoli está vinculada al silenciamiento y al hecho de que “hoy, como ayer, están los que piensan de una forma y los que piensan de la otra, y uno se encuentra en ambas partes con personas a quienes no les interesa hablar de la huelga y con otras que van detrás de la reivindicación después de un siglo”.
Más allá de la cifra total de obreros muertos durante las huelgas
-que en su mayoría eran extranjeros y no tenían documentos- , Sampaoli cree que lo importante a la hora de buscar la verdad es “ver cómo un gobierno nacional pudo perpetrar una masacre fuera de toda idea de lo que es la justicia”.
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Frente a las iniciativas que impulsan un recorrido turístico vinculado a los hechos de La Patagonia Rebelde, la investigadora de la UNPA señaló que “no tiene que ser un circuito más, porque estamos recordando a gente que murió de manera injusta por sus ideales”.