Los GPS son aparatos mediante los cuales se accede a información sobre la medición de la tierra a través de ondas satelitales. Suministran tres coordenadas: latitud, longitud y altura elipsoidal. Esta última tiene forma de elipsoide, una especie de círculo ovalado (lo más parecido a la tierra) y es muy utilizada como base de referencia pero no siempre posee la medida terrestre correcta, pues ésta es determinada por el geoide, que se halla a cierta distancia del elipsoide.
Dicha diferencia, también denominada ondulación geoidal, se obtiene a través de una figura física que se determina teniendo en cuenta la superficie del nivel medio del mar y su prolongación por debajo de los continentes.
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En las obras de construcción de importancia se requiere conocer con precisión las ondulaciones geoidales, es decir, la medición de la distancia entre el elipsoide y el geoide para no correr el riesgo de que se presentes problemas futuros.
A causa de la gran variabilidad de las ondulaciones existentes, los investigadores trabajan para desarrollar un modelo que tenga en cuenta dichas inestabilidades con el fin de que sean aplicadas en forma de mediciones a regiones limitadas de la superficie terrestre con mayor grado de predicción. Este estudio se aplica en la provincia de Santiago del Estero.
La formulación de estos modelos de ondulación geoidal se lleva a cabo mediante cálculos que combinan diversos métodos e instrumental: nivelación geométrica (niveles y observaciones convencionales), nivelación trigonométrica (estaciones totales) y determinaciones de alturas elipsoidales (posicionamiento con receptores GPS).
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Asimismo, se realizan constantes comprobaciones para obtener la validación de este sistema de medición, lo que permite, a su vez, llegar a conocer el grado de precisión del mismo y así establecer sus usos posibles.