La competitividad es la capacidad de una empresa para producir bienes y servicios con estándares internacionales. Para las industrias localizadas en La Plata y su región, la competitividad es fundamental porque tiene alta incidencia en variables tan sensibles como el costo de vida y los salarios.
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Desde la Maestría en Dirección de Empresas de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP, se trabaja en un proyecto que busca determinar la competitividad de la región conformada por La Plata, Berisso y Ensenada, a través de un estándar que la ubique en la posición que le corresponde, acorde a la tabla elaborada por el Foro Económico Mundial, que jerarquiza a más de ciento cuarenta naciones de todo el mundo.
El nivel de vida de una nación está determinado por la productividad de su economía, que se mide por el valor de los bienes y servicios producidos por unidad de recursos humanos, de capital y naturales de un país. La productividad depende tanto del valor de los productos y servicios, como de la eficiencia con que pueden ser producidos.
“La productividad permite a una nación soportar salarios satisfactorios, disponer de una moneda sana, y ofrecer una atractiva rentabilidad al capital -y junto con ello un digno nivel de vida-” explicó a Argentina Investiga Aldo Alonso, director del estudio.
Este proyecto prevé implementar el Índice de Competitividad Regional (versión del Global Competitive Index o Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial) al ámbito regional, con el objeto de evaluar la eficacia con que la economía regional utiliza su stock de recursos, al tiempo que permita detectar oportunidades y debilidades de competitividad y sirva a la adopción de políticas, programas y proyectos.
Mediante encuestas y entrevistas a expertos, consultores, dirigentes gremiales y empresarios que dan su visión sobre diversos aspectos de competitividad regional, acorde con la estructura de le encuesta del WEF (World Economic Forum), se generará el informe de competitividad regional anual, a efectos de identificar las dimensiones y sectores en los cuales se presentan las mayores oportunidades o debilidades de competitividad en el ámbito regional, “a fin de ayudar en el fortalecimiento de articulaciones entre las gestiones públicas y privadas, implementando redes institucionales apoyadas en la capacidad de recursos humanos y materiales de la Universidad”, comentaron Aldo Alonso y Daniel Lauría, director y co-director, respectivamente, del proyecto en curso.
El desarrollo consiste en lograr un crecimiento equilibrado, con mejoras sustanciales y sostenidas en la calidad de vida de los habitantes. Con esos parámetros, desde la Facultad de Ciencias Económicas se pretende generar información para terceros que, debidamente receptada por los actores públicos y privados involucrados, permitiría atender las falencias detectadas y potenciar las fortalezas.
Cabe destacar que la competitividad no es una tarea de exclusiva responsabilidad de las empresas. El sector público, en todos sus estratos, debe acompañar ya que, caso contrario, se transforma en una pesada carga que, soportada por el sector privado, afecta la competitividad sistémica.
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En definitiva, la competitividad involucra al conjunto de la ciudadanía, y si cada uno en su puesto de trabajo genera un valor agregado mayor que su costo, esto redunda en el beneficio del conjunto de la sociedad: es la productividad de todos y cada uno lo que logra mayores y mejores niveles de vida.