Desde hace ocho años, un equipo interdisciplinario de profesionales y estudiantes de Ingeniería arma prototipos de animales prehistóricos para difundir y conservar el patrimonio paleontológico desde otra perspectiva.
“Un objeto que simula tener vida es más estímulo que un hueso. Con esta tecnología tenemos la posibilidad de mejorar la presentación de los fósiles y potenciar los fines didácticos de las piezas”, señala el director del laboratorio, Hugo Nicolás Pailos.
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El Centro que dirige es el único del país que realiza robots sin fines industriales. Cada dispositivo es la decantación de un minucioso trabajo de investigación científica y destreza técnica, que lleva varios años. Además, la acumulación de conocimiento hace posible que los avances tecnológicos que se realizan durante un proyecto sean la génesis de futuros desarrollos.
“El estudio con los dinosaurios mejoró la animación computada y generó las condiciones para trabajar con Motion Capture, una técnica que permite que un robot imite la movilidad de una persona”, ejemplifica Pailos.
Actualmente, los miembros del laboratorio están abocados a su último proyecto: un Gliptodonte. “Ya hicimos Abelisauirus, Saltasaurus y Tapejara Imperator. Este nuevo emprendimiento es el primero de la mega fauna de Córdoba que vivió en el período Pleistoceno, y sólo nos falta armarlo”, cuenta el director.
Lograr que este espécimen camine es la culminación de un proceso en el que la paleontología, la biología, las ingenierías mecánica y electrónica y la labor artística trabajan de forma coordinada para que el dispositivo cuente con las características biomecánicas y morfológicas reales del animal.
Nuevas líneas
Los proyectos en animatrónica y robótica no sólo tienen como protagonistas a seres extintos. Las posibilidades técnicas perfeccionadas en el trabajo con los dinosaurios permitieron que, este año, estudiantes de Ingeniería Electrónica realicen un proyecto de Motion Capture para su trabajo final.
Jorge Castro y Héctor Lamas armaron un arnés que se coloca en el brazo o en los dedos de una persona, y la máquina imita el movimiento. “Es útil para la manipulación de elementos radioactivos o explosivos, y también para el cine”, manifiesta Pailos.
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Desde su creación, el laboratorio desarrolló también una sonda de rescate para obtener imagen y sonido en espacios de difícil acceso -como los pozos-, por lo cual es útil para las actividades de salvamento; y creó recuperadores terapéuticos para la rehabilitación de quebraduras.