La producción de energía térmica solar es una forma de aprovechamiento de la energía del sol para producir calor con diferentes fines, tales como la producción de agua caliente destinada al consumo domiciliario e industrial. También es apta para la producción de energía mecánica, a partir de la que se puede generar energía eléctrica. El proyecto, desarrollado por investigadores del Instituto de Investigación en Energías No Convencionales (INENCO) dependiente de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) y del CONICET, puede convertirse en una alternativa a los problemas energéticos que enfrenta el país debido a la disminución de las reservas de petróleo y gas natural.
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El sistema desarrollado utiliza la radiación solar como fuente de energía de alta temperatura para producir electricidad. La captación y concentración de los rayos solares se hace por medio de espejos que apuntan a un tubo absorbedor por donde circula y se calienta un fluido portador de calor hasta transformarse en vapor a alta presión y temperatura. Este acciona una turbina acoplada a un generador eléctrico y el calor excedente, generado por vía solar durante el día, puede almacenarse en medios líquidos, sólidos o que cambian de fase (sales fundidas, cerámicas, cemento, etc), de manera tal que la turbina pueda seguir generando electricidad durante algunas horas luego de la puesta del sol.
Las posibilidades de uso de este tipo de generadores son de gran importancia en la Argentina, y en particular en el Noroeste, debido a los altos niveles de radiación existentes en toda la zona andina y subandina del país, que constituye una de las 7 regiones de mayor radiación solar a nivel mundial. Estas regiones son capaces de generar energía en forma masiva. Los sistemas instalados descriptos posibilitan que estas centrales produzcan 1 MW de potencia, con una superficie de espejos del orden de una hectárea. Si la potencia instalada en Argentina es de unos 18.000 MW, se precisará un cuadrado de sólo 13,5 km de lado para su generación por vía solar. Esto implica que el potencial de generación existente es muy grande y las regiones andinas están en condiciones de generar energía eléctrica en forma masiva para una buena parte del país. La combinación con otras fuentes, como la eólica en el sur, constituye una solución factible para resolver el problema energético argentino a largo plazo.
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La ventaja de la electricidad solar es que el combustible es gratuito, abundante e inagotable. Sus beneficios, contundentes: protección medioambiental, crecimiento económico, creación de empleo, diversificación de suministro de combustibles y rápido despliegue. Además, la radiación solar concentrada puede tener otros usos como reacciones químicas para la producción de combustibles y de productos químicos que acumulen energía.