Localización y consumo de comercios del año 2007.
El hecho de disponer de información es crucial a la hora de tomar decisiones comerciales de la manera más conveniente. Por eso, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) desarrolló una herramienta digital para el análisis territorial de la actividad económica de la ciudad de Santa Fe y la interacción entre la oferta y la demanda. Los mapas creados se utilizan para el análisis del comportamiento del consumidor en relación al territorio y al armado de segmentos en base a datos geográficos. Todo esto forma parte de un área conocida como geomarketing.
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“El territorio implica no sólo el suelo sino también la estructura. En la variable territorial existen factores como los accidentes geográficos, los accesos y los metros cuadrados cubiertos de oferta. Todo esto constituye lo que se denomina factor de atracción o de disuasión”, indicó a InfoUniversidades Graciela Kosiak de Gesualdo, directora del proyecto de investigación.
¿Cómo funciona?
La clave del sistema está en la disponibilidad de bases de datos. Para trabajar con sistemas de información geográfica (SIG) se requieren datos digitales, es decir, que sean compatibles y se puedan mover, superponer o cruzar.
“Armamos el diseño del sistema de información para la ciudad según las dos áreas de la oferta y la demanda, lo que permitió conocer el mercado de consumo de los tres sectores más importantes de la actividad económica: industria, comercio y organismos públicos”, detalló la Lic. Florencia Modesto, integrante del equipo de investigación.
Los datos referidos a la demanda se obtuvieron del Censo Nacional 2001. Con esa información, los investigadores determinaron universos económicos y compusieron el mapa digital de la demanda en la ciudad de Santa Fe. “En cuanto a la parte económica de la oferta no hay datos, por lo que tuvimos que buscar fuentes alternativas para reemplazar esa información”, explicó Gesualdo.
Datos que faltan
Para paliar esta falta, se subutilizó información de la base de datos de la Empresa Provincial de la Energía (EPE). “Ellos poseen un enorme banco de datos de consumos energéticos. El trabajo consistió en compatibilizar los datos porque utilizamos el nivel de consumo como indicador del tamaño de las unidades económicas”, contó la directora del proyecto. A la vez, se usaron como referencia los CUIL para identificar la actividad de los grandes clientes y el código de tarifa o categoría de consumidores para clasificar a los demás clientes. El sistema también prevé futuras cargas de datos y actualizaciones con otras bases.
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“Con los datos georreferenciados sería posible llegar a poner a disposición del usuario la búsqueda del lugar más adecuado para la instalación de un comercio particular, por ejemplo”, concluyó.