Sobre la hipótesis que el embalse de la represa de Yacyretá generaría retención de sedimentos y caída de los tenores de concentración de sólidos aguas abajo de la obra hidroeléctrica, investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste y del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL-CONICET), evaluaron los cambios en la concentración de sedimentos suspendidos del río Paraná originados por el cierre de la represa. Según informaron los especialistas, “no se encontraron evidencias de modificaciones en las concentraciones de sedimentos transportados en suspensión”.
Así lo aseguró Lucía Zapata, integrante del grupo de la UNNE que está llevando a cabo estas investigaciones, quien explicó que “los resultados no permiten apreciar marcadas diferencias entre las concentraciones de los ciclos hidrológicos comparados, lo estaría sugiriendo que la influencia de la obra es relativamente baja”.
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Con la puesta en funcionamiento en 1994 de la represa de Yacyretá, localizada al norte de la provincia de Corrientes, se produjo un importante impacto en las comunidades acuáticas en el área del reservorio y aguas abajo del mismo.
Conocer el nivel de sedimentos es importante porque algunas de las especies que viven en el río están adaptadas a determinados niveles de concentraciones de sedimentos suspendidos, por encima o debajo de los cuales pueden morir o verse afectados. Además, los sedimentos -según su cantidad- influyen en el desarrollo de las algas microscópicas que se encuentran en suspensión en el agua y provocan efectos notables sobre los organismos filtradores con que cuenta el río.
Por lo tanto, si ocurren cambios en la abundancia de sedimentos tendrá sus consecuencias sobre las especies animales y vegetales.
El río Paraná constituye la principal vía de transporte de sedimentos hacia el delta del Río de la Plata, la mayor parte de los cuales se desplaza en suspensión. La cantidad de materiales suspendidos depende en gran medida de las características geológicas que presentan las áreas de cabecera de la cuenca y del tiempo de residencia del agua durante su recorrido hacia la desembocadura.
Para evaluar los posibles cambios, se estudió la sección transversal Corrientes-Resistencia del río Paraná que posee un lecho móvil y resulta influenciada por los caudales líquidos y sólidos que aportan el Alto Paraná y el Bajo Paraguay, y que generan una asimetría en la constitución mineral de los sedimentos fluviales.
En tal sentido se comparó la concentración de sedimentos transportados en suspensión en dos ciclos hidrológicos: marzo de 1981 a febrero de 1982 y desde marzo de 2006 a febrero de 2007. Se trata de dos ciclos hidrológicos de crecidas que son pre y post represamiento, lo cual permitió evaluar resultados distanciados por 25 años.
La comparación estadística de los resultados no permitió apreciar cambios significativos en la concentración de sedimentos en los períodos mencionados, lo que estaría demandando la continuidad de las investigaciones para validar los alcances de las primeras conclusiones
Según Zapata “los resultados no muestran diferencias entre las concentraciones de los ciclos hidrológicos comparados, por lo que la influencia de la obra es relativamente baja. Ello estaría vinculado al reducido tamaño de las partículas suspendidas y al bajo tiempo de permanencia del agua en el embalse”.
Sin embargo, cabe consignar que otros estudios desarrollados en la zona indican lo contrario, lo que demanda la profundización de esta línea de trabajo para arribar a resultados con mayor grado de certeza.
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En tal sentido, Zapata señaló que “en el futuro inmediato los estudios serán dirigidos a ampliar el rango de situaciones hidrológicas comparadas, incorporando los períodos de aguas bajas en los cuales precisamente el efecto de la represa puede resultar más significativo”.