Aprovechar el potencial didáctico de las nuevas tecnologías en las aulas sigue siendo un desafío.
Docentes investigadores de la UNVM llevan adelante un trabajo cuyo objetivo es indagar en las formas en que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación participan en el vínculo entre alumnos y docentes, además de reflexionar sobre el alcance y potencialidades de la educación mediada por estas tecnologías en todos los niveles del sistema educativo.
> Leer también: Elite, instituciones y poder político en el siglo XVII.
Mauricio Grasso, licenciado en Ciencias de la Información y miembro del equipo de investigación, adelantó a InfoUniversidades los primeros resultados del trabajo que revelan que “el uso de las TICs por parte de los adolescentes no se toma en cuenta por los docentes como recurso didáctico para el dictado de clases”.
Luego de destacar la relevancia que tiene el análisis de las TICs en la agenda nacional, Grasso consideró que “existe en estas prácticas escolares un potencial creativo que parte de sus actores, alumnos y docentes, pero que ellos no logran comprender las posibilidades que brindan los medios tecnológicos de comunicación y expresión. Hicimos una encuesta en un colegio de Villa María y planteamos ampliar el estudio a la totalidad de los establecimientos secundarios de la ciudad. En ese relevamiento, preguntamos a los alumnos si conocen las nuevas tecnologías, si piensan que contribuirían en la relación con el docente y con el conocimiento y si pueden evaluar un cambio en la relación áulica” precisó.
Los datos de la encuesta realizada entre los alumnos de 4º y 5º año del ciclo de especialización están siendo procesados, pero los primeros indicadores contrastan las hipótesis de la investigación y dan por tierra con ciertos supuestos marcados al inicio del trabajo.
“Los alumnos poseen cierta información sobre TICs pero por su condición de usuarios. Hay también un número poco significativo de alumnos que tienen otro tipo de información y la utilizan de modo diferente al común de la gente. Y, por último, están los casos donde se cruzan prácticas que los mismos adolescentes no pueden volver significativas, como su participación en las redes sociales, la práctica de carga y descarga de materiales a internet, entre otras”.
> Leer también: ¿A qué dedica el tiempo libre?.
Respecto de la transferencia de los resultados que se esperan obtener, Grasso expresó la voluntad de “trabajar sobre dos grupos: el que tiene que ver con la formación, es decir los docentes que están en las escuelas y necesitan alguna capacitación o pensar estas herramientas en un nivel socio histórico, y también con los alumnos en relación a las asignaturas que cursan”.