Cráneo de piroterio, antiguo ungulado extinto de Sudamérica.
Los científicos creían que los parientes cercanos de los elefantes habitaban, principalmente, en el continente africano. Y que la mayor parte de su historia y origen había ocurrido en ese continente. Estas ideas fueron aceptadas gracias al aporte de grandes cantidades de datos provenientes del ADN y de características presentes en especies de mamíferos vivientes.
Dos investigadores argentinos de la Universidad Maimónides, la Fundación Azara y del Museo de La Plata, cambiaron esta historia con una reciente publicación en la revista “Mammalian Biology”. Con ayuda de los datos obtenidos de esqueletos fósiles de mamíferos, hoy en día extintos, los investigadores descubrieron parientes remotos de los elefantes en Sudamérica. Estos animales son conocidos por los científicos como “ungulados nativos sudamericanos”, y al igual que sus parientes africanos vivientes, tenían pezuñas en sus patas.
Los investigadores Federico Agnolin y Nicolás Chimento indicaron a InfoUniversidades que sus estudios se basaron en las ideas del gran científico argentino Florentino Ameghino, quien a fines del siglo XIX sospechó del parentesco entre los animales africanos y sudamericanos.
Antes de la extinción de los dinosaurios, los continentes se encontraban en una disposición muy diferente de la que existe en la actualidad. El océano Atlántico aún no existía, y Sudamérica y África estaban unidos por una amplia superficie de tierra emergida. El descubrimiento de los argentinos indica que, en esos momentos, donde aún reinaban los dinosaurios, habría existido en esta enorme masa de tierra un ancestro común entre los elefantes (y sus parientes africanos) y los mamíferos ungulados sudamericanos.
Hacia el fin de la época de los dinosaurios (Mesozoico) esta gran masa de tierra, conocida como Gondwana, se dividió en los continentes de África y Sudamérica, por la aparición del océano Atlántico. Esta separación produjo que los pequeños mamíferos también quedaran divididos y, con el paso de millones de años, evolucionaran hacia los elefantes actuales y sus parientes africanos, por un lado, y los ungulados sudamericanos, por el otro.
Luego de la extinción de los dinosaurios, hace unos 65 millones de años, los mamíferos de ambos continentes se vieron libres para colonizar todos los espacios que los dinosaurios dejaron vacantes. Es así que libres de competidores y depredadores gigantes, los mamíferos tuvieron la oportunidad de evolucionar libremente y alcanzar la gran diversidad que vemos en la actualidad.
En Sudamérica, los ungulados nativos dominaron las faunas del continente hasta tiempos recientes. Estos mamíferos herbívoros fueron muy diversos y abarcaron todos los ambientes disponibles. Existieron ungulados del tamaño de rinocerontes, con agudos colmillos y trompas parecidas a las de los elefantes, animales parecidos a hipopótamos, acostumbrados a vivir en el agua, y otros mucho más pequeños, parecidos a liebres, e incluso, tan pequeños como ratones.
Lamentablemente, todos ellos se extinguieron hace aproximadamente 10.000 años sin dejar descendientes. Aunque el origen de los ungulados sudamericanos parece estar resuelto, las causas de su desaparición son aún un enigma. Es posible que su extinción esté relacionada con la llegada de los seres humanos al continente, quienes los habrían cazado hasta llegar a su total exterminio.