Las frutas, las barras de cereal y la leche aportan nutrientes para una buena colación.
Un estudio llevado a cabo a través de una encuesta anónima y voluntaria realizada a 186 alumnos universitarios del área salud, entre ellos 119 mujeres y 67 varones, de establecimientos estatales y privados arrojó que aunque el porcentaje de mujeres que consume colaciones es alto (75%), menos de la tercera parte (31%) elige alimentos saludables. En el caso de los varones, más del 50% ingiere una colación matinal, pero un muy bajo porcentaje opta por colaciones que brindan energía y nutren al organismo.
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Todo plan alimentario debe contar con cuatro comidas: el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena; y dos colaciones, distribuidas a media mañana y otra a media tarde. “Las colaciones permiten que no se llegue a la comida importante con extrema sensación de hambre a causa de haber pasado muchas horas sin comer”, explica a InfoUniversidades la docente y codirectora de este proyecto, Lidia Busmail, quien además aclara que el objetivo del trabajo fue conocer la frecuencia de las prácticas de las colaciones y su calidad.
“Pudo comprobarse que lo que los estudiantes ingieren no cumple con el papel de una buena colación, si se entiende a ésta como un alimento saludable que contribuya a una buena nutrición”, detalla la docente. En este sentido, deberían consumirse en estas colaciones alimentos ricos en fibras y bajos en grasas, como frutas, verduras, yogures con o sin cereales, un vaso de leche o una rodaja de pan de cereal, cuenta Busmail.
El análisis permite ver que de las 119 mujeres, 90 realizan alguna colación por la mañana y sólo 37 consume un alimento saludable como yogurt o barras de cereal. Las restantes 53 consumen alimentos que conducen al aumento de peso, como pan, facturas, alfajores, bizcochos, entre otros. Del grupo de los varones, 34 efectúan una colación por la mañana y sólo 7 consumen alimentos saludables.
103 mujeres realizan la colación de la media tarde, pero sólo 25 de ellas ingieren algún alimento saludable; y de los 52 varones que hacen lo propio, 9 lo efectúan en forma adecuada y el resto consume derivados de harina.
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“Hay que educar a los estudiantes en un buen hábito de consumo; indicarles cuál sería la mejor manera de alimentarse para tener una nutrición equilibrada y saludable, ya que tienen mucho gasto intelectual para realizar sus tareas cotidianas”, resalta Busmail.