El doctor Travaini (derecha) junto a parte del equipo del Centro de Investigaciones.
Un equipo de profesionales del Centro de Investigaciones de Puerto Deseado inició un trabajo de campo en el Bosque Petrificado santacruceño para profundizar el conocimiento sobre las interacciones ecológicas entre el zorro gris y el zorro colorado y entender los mecanismos que posibilitan la coexistencia de las dos especies. El equipo, encabezado por el doctor Alejandro Travaini colocará collares GPS a 15 ejemplares de estas dos especies para monitorearlas las 24 horas del día durante seis meses, con el fin de conocer en detalle las relaciones espaciales y temporales que se producen entre ellas.
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El proyecto otorgará precisión tecnológica a una experiencia de más de 10 años en el estudio de zorros por parte del Centro de Investigaciones y aportará conocimiento sobre dos especies que, a pesar de que coexisten en buena parte de Sudamérica -en Argentina se encuentran desde el norte hasta Tierra del Fuego-, no hay estudios importantes que desentrañen las particularidades de su relación. Las hipótesis que desvelan a los investigadores rondan en torno a por qué el zorro colorado, que es casi tres veces más grande que el gris, no lo segrega o excluye en los diferentes hábitats que comparten.
El Bosque Petrificado santacruceño, ubicado a unos 750 kilómetros de Río Gallegos y a 135 de Jaramillo, la localidad más cercana, se presenta como un lugar ideal para la investigación, dado que al ser un área protegida no registra intervenciones de origen humano y es uno de los pocos sitios de la provincia en el que no hay ganado desde hace 30 años.
Monitoreo permanente
“Nosotros venimos trabajando con zorros desde que nos incorporamos a la UNPA en 1998, por lo que todo esto es producto de muchos años de trabajo y de ir buscando financiación para hacer cosas más sofisticadas que nos dejen aprender más de estas especies”, manifestó el doctor Alejandro Travaini, quien aclaró que la colocación de collares GPS “es una prueba piloto, ya que con los collares antiguos se necesitaba bastante trabajo de seguimiento, porque se hacía una triangulación con un equipo de radio para conocer la ubicación de cada zorro”, mientras que el nuevo sistema “almacena la localización del animal según la programación que uno hace antes de colocar el collar”.
En este contexto, el investigador de la UNPA indicó a InfoUniversidades que “las baterías de los collares van a durar seis meses, durante los cuales habrá una serie de días en que se van a tomar unas pocas localizaciones y otros en los que se va a fijar la posición de cada zorro cada 10 minutos. De este modo, vamos a saber en qué momento descansan, en qué momentos están activos o inactivos, o cuándo están cazando”. Además, Travaini reveló que “el zorro gris, por extraño que parezca, es una de las especies del planeta sobre la que no hay prácticamente conocimientos”.
Dada la escasez de collares -cada uno tiene un costo de 3 mil dólares y son aportados por los investigadores españoles- el catedrático reparó en la necesidad de “marcar en la superficie espacial más pequeña posible la mayor cantidad de ejemplares para garantizar que interactúen entre sí” y confió en que esta muestra “va a permitir saber cómo se reparten el espacio, el tiempo y el alimento para que una especie no sea desplazada por la otra”.
Travaini señaló además que si bien la información se va a almacenar en los propios collares durante los seis meses de duración de las baterías, también existe la posibilidad de acercarse a una distancia aproximada de 500 metros de los zorros marcados y recuperar los datos en forma periódica a través de ondas de radio. “Nosotros vamos a ir cada tanto a acercarnos lo más que podamos y en el mes de abril intentaremos recapturar los zorros para recuperar los equipos”, detalló.
Vanguardia
A pesar de que en estos 12 años de investigación en la zona del Bosque Petrificado se utilizaron técnicas muy económicas, tales como estaciones de cebado y localización de excrementos, el referente del Centro de Investigaciones de Puerto Deseado aseguró que la experiencia de Santa Cruz constituye “el programa de monitoreo más extenso y detallado que hay sobre zorros en toda la Argentina”.
“Nosotros tenemos conocimiento del lugar, sabemos dónde están los dos zorros, conocemos la dieta de las dos especies, la disponibilidad de recursos que hay en el lugar, los ratones y los pajaritos que se encuentran y un montón de cosas que van a hacer que la información que se obtenga con los collares sea mucho más rica”, expresó.
Depredación
Por otra parte, Travaini adelantó que “el objetivo principal de estos ensayos es, siempre dependiendo de que consigamos financiación, marcar zorros colorados y pumas dentro de un área protegida para evaluar empíricamente de cuánto de las pérdidas que les atribuye el sector ganadero son responsables. Queremos ver con exactitud cuánto salen del área protegida y qué hacen fuera, pero de manera empírica” y aseguró que el principal problema de los ganaderos es la falta de inversión en sus campos.
Por último, afirmó que “si desaparecieran todos los zorros colorados de la provincia ni se notaría”, dado que “el problema de depredación existe, pero se trata un tema más sociológico que biológico”. El equipo del Centro de Investigaciones se encuentra en el Bosque Petrificado y está abocado al armado del campamento y a la colocación de las trampas para zorros. El plazo para el marcado de los 15 animales está estimado en 20 días.
Referente en la Patagonia
El grupo de investigación está integrado además de por investigadores del Centro de Investigaciones de Puerto Deseado, por profesionales de la Estación Biológica de Doñana, centro perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.
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El Centro de Investigaciones de Puerto Deseado, que depende de la Unidad Académica Caleta Olivia de la UNPA, comenzó a gestarse en la segunda mitad de la década del ‘90 como una institución abocada al estudio, manejo y conservación de los recursos naturales marítimos. Desde 1998, se creó un área dedicada al estudio, manejo y conservación de los recursos naturales de la Estepa patagónica. Los trabajos publicados en revistas de divulgación científica de nivel internacional, las tesis doctorales realizadas en el lugar, y el creciente número de investigadores y becarios posicionan al Centro como un referente en la región.
Centro de Investigaciones de Puerto Deseado.