Los niños utilizan cada vez más las redes sociales y otras herramientas de Internet como lugares de encuentro
Se define al “bullying” como cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares, en este sentido, es un fenómeno cada vez más creciente y preocupante debido a la falta de mecanismos efectivos de control.
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Un ejemplo de ello ocurrió en mayo de 2010, cuando una alumna que concurría a una escuela del barrio porteño de Villa Urquiza, creó en Facebook el grupo “3 razones para odiar a Romina” y lo inauguró con fotos y agresiones verbales hacia su compañera de grado de apenas 10 años. En pocas horas, decenas de miembros se sumaron a los ataques virtuales y ocasionaron a la destinataria de los insultos y cargadas un padecimiento que demandó la intervención del Gabinete Psicopedagógico del establecimiento, del INADI y de la Justicia, que finalmente ordenó cerrar el grupo.
Esta situación fue sólo una muestra de un escenario nacional y mundial marcado por el incremento de los usos, por parte de los niños, de nuevos espacios de expresión y comunicación y de lugares de encuentro virtuales, mediante las herramientas que pone a su alcance internet. Una tendencia que, sin dudas, ha de tener su correlato en Santa Cruz, aunque se desconoce hasta el momento con qué particularidades.
Por este motivo un grupo de investigación de la Unidad Académica San Julián, dirigido por el magíster Norman Pautasso, trabaja en la identificación y descripción de los tipos de prácticas violentas en la provincia de Santa Cruz y las herramientas de la web mediante las cuales se ejercen, además del posible impacto o afectación en los niños que sufrieron este tipo de acciones.
El proyecto, llamado “Algunas nuevas formas de violencia entre los niños en edad escolar. El uso de herramientas disponibles en Internet para ejercer prácticas violentas”, se inició a comienzos de este año y se extenderá hasta 2014, con un ambicioso trabajo de campo que alcanzará a chicos de segundo y tercer ciclo de la EGB de toda la provincia.
Además de la caracterización del problema, la propuesta apunta a generar mecanismos de “alerta temprana”, para contribuir a la detección y disminución de acciones violentas hacia los niños e incorporar los conocimientos sobre esta temática en la formación docente que brinda la Universidad.
Esta iniciativa tiene su antecedente en otro proyecto de investigación, dirigido por el mismo investigador, que permitió profundizar el conocimiento sobre el fenómeno del “bullying” en establecimientos educativos de la zona centro de Santa Cruz.
Originalidad
El director del proyecto comentó a Argentina Investiga que la iniciativa surgió a raíz de las investigaciones anteriores, en las que “se detectó que aparece con bastante profundidad en los chicos de nuestra provincia el tema del uso de herramientas disponibles en la red para ejercer o promover el ejercicio de la violencia sobre otros niños. Creemos que es un tema que en el futuro se va a profundizar, porque se está produciendo una masificación del uso de las herramientas de las que provee la web, como las redes sociales, el chat, los blogs o fotologs”. El investigador aseguró que “cada vez son más los chicos que han recibido amenazas, intentos de agresión o invitaciones a pelear en espacios concretos a través de estos medios”.
“El proyecto es bastante ambicioso, ya que se buscará trabajar en casi todas las escuelas de la provincia”, indicó Pautasso y aclaró que “las estrategias para recopilar información todavía son analizadas, porque no hay trabajos específicos sobre el tema que se hayan hecho con niños en las escuelas”. La originalidad de la propuesta también se ve reflejada en la nominación de estas prácticas violentas, dado que, para el director del proyecto, el término “ciberbullying”, actualmente en boga y que se define como el acoso a través de las nuevas tecnologías, “no es del todo correcto” a la hora de definir acciones que “muchas veces hasta incluyen la usurpación de identidad o el uso de las claves de otros compañeros”.
Violencia y exclusión social
Pautasso ya tiene una percepción aproximada sobre los efectos que estas prácticas violentas producen en los niños, dado que también se desempeña como psicólogo en Puerto San Julián y cada vez acuden a su consultorio más chicos alcanzados por esta problemática. “Los problemas más comunes son de autoestima, aislamiento, negación a ir a la escuela o a salir con otros chicos y otros impactos que pueden ser importantes”, explicó el docente y agregó que “una de las formas más comunes de violencia es la exclusión social”.
Por eso, hizo hincapié en la necesidad de “incorporar este tipo de problemáticas en la formación de los maestros” y “generar propuestas de ‘alertas tempranas’, que nos permitan detectar el problema para desarrollar estrategias de prevención”. No obstante, consideró que uno de los aspectos previos más importantes es la sensibilización respecto de esta problemática, porque “es un tema que aún no está tomado con la seriedad que merece”.
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Luego de esta primera etapa del proyecto, en la que el grupo de investigación estuvo abocado a la conceptualización de la problemática, se iniciará un proceso de elaboración de los instrumentos que se van a aplicar para recopilar la información de toda la provincia. El trabajo de campo en las escuelas está previsto para 2013 y 2014.
Mg. Norman Pautasso, director del proyecto.