El GEM es el primer esfuerzo mundial para mapear no sólo la probabilidad de sismos, sino también los riesgos basados en la población local, la calidad de las construcciones y la vinculación con los tomadores de decisiones políticas. El doctor Carlos Costa, profesor del departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales, es uno de los tres investigadores principales de uno de los módulos científicos de este proyecto denominado “Faulted Earth”.
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“El GEM ha ido creciendo bastante. En principio se proyectó a tres años, financiado por empresas vinculadas a la industria del seguro, ahora se han agregado gobiernos, el Banco Mundial y sectores públicos. Se han regionalizado sus alcances, dándole una importancia mayor al tema de la vulnerabilidad vinculada con el problema sísmico, porque es claro que cuando cruzamos la información sísmica con la información demográfica, surge que las grandes catástrofes sísmicas, que lamentablemente se van a producir en el futuro, afectarán en forma severa a los grandes centros urbanos de los países en desarrollo. Se producirán enormes pérdidas porque estas ciudades han crecido sin una planificación acorde y porque lo han hecho sin construcciones sismorresistentes”, explica Costa a Argentina Investiga.
Esta redefinición de los objetivos del Modelo Global de Terremotos, GEM, ha permitido que el proyecto se enriquezca y amplíe hacia la búsqueda de información que permitirá no sólo generar una base de datos científicos, sino y - sobre todo- servir para que los estados de los países en desarrollo cuenten con datos que posibiliten la toma de decisiones preventivas.
“En principio, a la industria del seguro le interesaba la información académica para producir modelos probabilísticos que le permitieran calcular el riesgo sísmico en distintos países del mundo, de modo de poder estimar el riesgo a la hora de asegurar industrias, empresas, etc. Y, fundamentalmente, haciéndolo con parámetros idénticos en Shanghai o en Sao Pablo. Con la incorporación de gobiernos como Japón, Nueva Zelanda y Estados Unidos, la UNESCO y el Banco Mundial, se redefinieron las estrategias, ya que los grandes problemas de vulnerabilidad están vinculados a las grandes poblaciones ubicadas en América del sur y el Sudeste asiático”, comenta el especialista.
“Si observamos las principales capitales sudamericanas: Caracas, Bogotá, Quito, La Paz, Santa Cruz, Santiago, y en nuestro país, las ciudades de Mendoza, San Juan, Córdoba, La Rioja, Salta, por citar los principales casos; vemos que todas tienen alto grado de exposición a la amenaza sísmica, lo que implica alta vulnerabilidad y con un agravante mayor que es que en este sector de América del sur el rango de retorno de los sismos es mayor que nuestro registro histórico. Es decir, los sismos realmente destructivos como el de 1944 de San Juan, tienen períodos de retorno mayores de 500 años, que es el tiempo de registro histórico. Lo que significa que si, por ejemplo, existió un sismo destructor en Quito hace 1.500 años donde había pocas chozas y hoy viven allí millones de personas, cuando vuelva a ocurrir va a encontrar ciudades con altos grados de exposición al riesgo.
Por ello está previsto en estos proyectos regionales la realización de talleres durante el primer semestre de 2013 que estarán orientados a la gestión integral del riesgo, donde los geólogos pondremos nuestros conocimientos, los sociólogos los vinculados con el tema de planificación, los ingenieros aportarán las cuestiones relacionadas con las construcciones sismorresistentes y otros profesionales harán sus contribuciones, de manera que el resultado siga siendo la búsqueda de parámetros estándares para calcular y estimar probabilísticamente la exposición a la amenaza, pero también que el objetivo principal sea exigir a los gobiernos estar más presentes en la generación de normativas y el control sobre normativas de construcción sismorresistentes”, subraya Costa.
El investigador sostiene que “la actual generación de ingenieros y arquitectos tiene la tremenda responsabilidad de ver cómo se las ingenian para construir millones de unidades habitacionales nuevas que demandará el crecimiento demográfico de las ciudades en desarrollo, que no van a parar a cualquier lado sino que van a engrosar las periferias de las ciudades. Deberán pensar que no se le puede decir a la gente que haga casas sismorresistentes, porque los niveles de pobreza son altos. Tienen otras prioridades cotidianas. En países como Venezuela, por ejemplo, se está asesorando a las poblaciones ubicadas en los suburbios de las ciudades en hacer construcciones económicas y más seguras”.
Todo este esfuerzo en el que participan científicos y diversos socios del mundo, servirá sólo si los organismos encargados de generar políticas y normativas que permitan actuar antes de que se produzcan los sismos y no sólo sobre las consecuencias que ocasionan, toman una postura responsable y comprometida con las sociedades. Existen múltiples ejemplos en el mundo que dan cuenta que decisiones políticas tomadas a tiempo pueden traducirse en menos víctimas, en reducción de pérdidas, como también existen otros tristes ejemplos que dan cuenta de lo contrario.
“El proyecto ha captado la atención de otros actores y se analiza que cuanto más socios haya y de diversos sectores, estaremos en mejores condiciones de exigir que los organismos gubernamentales puedan aplicar normas y las controlen. En Argentina hay dos estudios de microzonificación sísmica que demandaron tiempo y mucho dinero y se hicieron luego de los sismos de San Juan y Mendoza y lamentablemente no se utilizan. La microzonificación sísmica consiste en establecer zonas de suelos con comportamiento similar durante un sismo, de manera que puedan definirse allí recomendaciones precisas para el diseño y constricción de edificaciones sismorresistentes. Siempre generamos acciones posteriores a un sismo y no a la inversa. Asimismo, los códigos de edificación sismorresistentes generan en muchos casos resistencias porque las construcciones se encarecen. Estoy convencido de que el rol del científico es siempre aportar la información que exista y moverse de modo tal que esa información llegue a los que toman las decisiones políticas”, afirma.
El GEM tiene programada la realización de talleres en distintas capitales de América latina, América central y Asia. Está previsto terminar para julio de 2013 con la carga, sistematización y homogeneización de los datos sobre fallas activas y fuentes sísmicas en un sitio web que estará disponible en forma gratuita.
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