Cuando no hay buenas condiciones en el ámbito laboral, desarrollar hasta las tareas más simples puede convertirse en un verdadero problema para la salud del trabajador. “Un excesivo ruido, la falta de ventilación, la presencia de un agente químico o la relación con un superior son algunos de los factores que inciden en el trabajo, donde pueden coexistir riesgos físicos o bien psicológicos que generen problemas”, explica Darío Oviedo, licenciado de la Universidad Nacional del Litoral.
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La ley nacional Nº 19.587 de Higiene y Seguridad Laboral que regula las condiciones en el trabajo contempla como el primer aspecto de peligro la temperatura de los ámbitos laborales. El estrés térmico, como se denomina al problema de los excesos de calor o de frío, puede producir efectos negativos y muchas veces los responsables del personal no tienen en cuenta este factor. Las temperaturas extremas producen un cambio general en las condiciones del cuerpo del trabajador. El exceso de temperatura puede provocar una descompensación o generar una baja en las defensas que redunde en enfermedades.
La confortabilidad
No menos importantes son los factores que apuntan a la confortabilidad del trabajador. Los lineamientos que traza la Ergonomía plantean la necesidad de diseñar la construcción del espacio físico para la realización de las tareas. De acuerdo a esto son importantes desde las condiciones de una mesa o una silla, la altura de un tablero o de un teclado hasta la ubicación de un monitor. El levantamiento inadecuado de cargas o la mala postura pueden provocar severos daños músculo esqueléticos. Por eso, hay que ver cómo se adapta el lugar de trabajo según la altura, peso, largo de brazos y piernas, y un sistema de ángulos específicos de acuerdo al trabajador.
Lo ergonómico trata también de las afecciones psicosociales producto de las relaciones interpersonales verticales u horizontales. Son múltiples las afecciones emocionales que resultan de un ambiente poco confortable psicológicamente, ejemplo de ellas son el “mobbing” o el “síndrome de Burnout”.
Pero hoy la Ergonomía aparece como un lujo cuando aún queda pendiente la reducción de los accidentes. Pareciera que tomar recaudos no es la filosofía de trabajo que predomina en las organizaciones: “Toda empresa, estatal o privada, debería contar con los servicios que cubran las necesidades mínimas del trabajador y no considerarlos como gastos, sino como una inversión. Hoy el recurso humano no es la prioridad”, lamenta Oviedo.