Según lo indica la Organización mundial de la Salud (OMS), la EPOC se convirtió, en los últimos años, en una enfermedad pulmonar progresiva y potencialmente mortal. Se estima que en 2015 murieron por esta causa cerca de 3 millones de personas en todo el mundo, lo cual representa un 5 por ciento de todas las muertes registradas ese año.
Bajo la dirección Sergio Scrimini, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE), se lleva adelante un estudio basado en la investigación biomédica de la EPOC. “El estudio continúa a otro realizado con anterioridad en España y cuyo campo de estudio se hará con la colaboración del Hospital Regional”.
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“Es una enfermedad desencadenada por la exposición crónica al humo de cigarrillo, pero también a otros contaminantes”, indicó el docente. Y agregó: “Los que la desarrollan tienen un componente inflamatorio en el pulmón y también en todo el organismo. Y cuando hablamos de inflamación, hablamos de células y de moléculas, que cumplen un rol en la información”.
Estudio a nivel celular
En este estudio, Scrimini investiga el comportamiento de las células mieloides supresoras (MDSC). “Estas células –explica- se caracterizan por suprimir la función efectora antitumoral de linfocitos T mediante la reducción de la expresión del T-cell receptor (TCR) a través del catabolismo de la L-arginina”.
“Los pacientes con EPOC y cáncer pulmonar -indica- comparten un patrón similar de aumento y activación de las MDSC circulante, asociado a la reducción de la expresión del TCR y a la alteración de la función de los linfocitos T periféricos”, sostuvo.
Algunas de las células que investigó en España fueron las mieloides, que son leucocitos, pero que cuando existen estados inflamatorios crónicos –tal es la hipótesis de su trabajo- estas células adquieren una propiedad de suprimir la función de los linfocitos T, que son células de la inmunidad.
“La inflamación crónica llega a la expansión de células mieloides que suprimen la misma función de otros leucocitos de los linfocitos T. Estudiando estas células, llamadas ‘células mieloides supresoras’, observamos que los linfocitos T, (que son un tipo de leucocitos que circulan en la sangre encargados de la inmunidad específica, de la inmunidad contra gérmenes, virus y células tumorales) tienen una alteración en su receptor; eso fue lo que descubrimos en estudios previos”, indicó.
El científico subrayó que una de las primeras medidas que se deberían adoptar es “la realización de espirometrías, tanto en atención primaria (AP) como en especializada”. “Es una prueba barata, sencilla, que se puede realizar las veces que se quiera y que se enmarca dentro del paradigma de una buena atención a los enfermos fumadores que consultan AP y que tienen más de 40 años”, completó.
Investigación biomédica
Este estudio, según indica el catedrático, se basa en la investigación biomédica, cuyo objetivo fundamental es investigar los mecanismos moleculares, bioquímicos, celulares y genéticos de las enfermedades humanas.
“Cuando se invita a participar de la investigación al paciente, se le aclara que, en este caso, no hay ningún beneficio directo para él, pues son estudios donde se investiga la fisiopatología de la enfermedad y no redundan en beneficios terapéuticos sino que brindan conocimiento”, especificó.
Ese conocimiento, según el investigador, puede derivar en un tratamiento o en algún tipo de medida que pueda beneficiar al paciente. Por supuesto que también se le informa si tiene algún riesgo. En general, los centros de investigación biomédica son centros donde ya hay un grupo de gente que trabaja, tanto en la parte asistencial como investigación, en donde el enfermo se beneficia en cuanto a su tratamiento. Además, sabe que es un lugar donde se hace un seguimiento continuo.
“El paciente con Epoc que tiene un centro donde se atiende, generalmente sabe mejor cómo tratarse para las “exacerbaciones”; entonces, desde ese punto de vista, aclara Scrimini, un centro de investigación de Epoc o de cualquier otro tipo de enfermedad mejora la atención al paciente”.
Existen muchas publicaciones donde se analiza la influencia que produce en la institución que alberga una investigación biomédica, “primero, porque el recurso humano que trabaja está más motivado para estudiar, investigar, “es más curioso” y, desde el punto de vista organizacional, te exige también una organización mejor, en cuanto a recibir al paciente, tomar y derivar la muestra, trasladarla, es decir, todos los pasos técnicos y de calidad. Todo eso termina beneficiando al paciente en forma indirecta.
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En cuanto a los beneficios que derivan de participar en el proyecto de investigación, los pacientes “se motivan” en cuanto al tratamiento de su enfermedad y vuelve al paciente más consciente de los hábitos que lo perjudican. Hasta hoy, como lo indica el investigador, no hay tratamiento más eficaz para la Epoc que dejar de fumar. “No existe medicación, ni tratamiento que tenga mejores resultados”.